«Los Fusileros siempre éramos los primeros en desembarcar, porque, de hecho, siempre formábamos la vanguardia al avanzar y la retaguardia en las retiradas. Como los antiguos nativos de Kent, exigíamos por derecho el puesto de honor en el campo de batalla. [...] Ni el calor del ardiente sol, ni las largas millas, ni las pesadas mochilas, pudieron domeñar nuestro ardor.
[...] Era una visión gloriosa la de nuestras banderas desplegadas al viento en aquellos campos. Los soldados parecían invencibles: nada, pensaba yo, hubiese podido derrotarlos. Con decir que, nada más que en los Fusileros, contábamos con algunos de los hombres más duros que hubiesen luchado nunca bajo el sol ardiente en tierra enemiga. Pero viví para ver cómo las penalidades y la fatiga acababan con cientos de ellos antes de que hubiesen pasado unas pocas semanas.
[...] En la retirada de Salamanca recuerdo haber visto caer a muchos hombres. Entonces se trataba ya prácticamente de un "sálvese quien pueda". Aquellos cuyas fuerzas empezaban a fallarles no miraban ni a izquierda ni a derecha, sino que, con los ojos vidriosos, seguían adelante, tambaleándose, como buenamente podían.
[...] Tras la desastrosa retirada a La Coruña, los Fusileros habíamos quedado reducidos a una sombra enfermiza, si se me permite el término. Mi compañía, de cerca de un centenar de hombres, no contaba ya sino tres.»
Un recopilatorio de la correspondencia de Ray Bradbury, uno de los escritores y creativos más conocidos de nuestro tiempo.
Ray Bradbury fue uno de los escritores y creativos más conocidos de nuestro tiempo. Ahora, por primera vez, se recoge y publica su correspondencia en una selección que abarca desde sus años de adolescencia hasta su vejez. Una correspondencia que, además, fue de gran alcance: Bradbury interactuó con una muestra nutrida de grandes figuras culturales del siglo XX.
Jonathan R. Eller, erudito y biógrafo del autor, se ha encargado de recopilar este volumen mostrando la progresión de Bradbury a través de la vida tal como él la conocía, y no necesariamente como el público lo percibía. A las cartas enviadas y dirigidas a mentores y otros escritores les sigue correspondencia con directores de cine como John Huston, François Truffaut y Federico Fellini.
También encontramos cartas dirigidas a editores y agentes, así como otras misivas que capturan momentos de reconocimiento nacional e internacional, las sombras de la guerra y la intolerancia que motivaron algunos de sus mejores escritos, y la relación con los amigos y familiares que compartieron los recuerdos de su vida.
Mara Torres ha escrito un libro lleno de cariño y delicadeza. Un gran homenaje a su hermana Alicia para tratar de entender las razones que la llevaron al suicidio, y una forma también de seguir demostrándole su amor, más allá del tiempo y la existencia. Este relato en primera persona se cruza con un texto de su hermana que encontraron entre sus pertenencias. Un diario en el que Alicia Torres iba desgranando su vida. El resultado es esclarecedor y emocionante, porque nos sumerge en los sentimientos de alguien que se aferraba a cualquier atisbo de felicidad para superar la existencia. En palabras de la autora: «Este no es un libro sobre mi familia ni sobre el suicidio. Es un libro sobre la mente de mi hermana pequeña y el proceso que la sumerge en la oscuridad total. Es la historia de alguien que deseaba vivir, pero no fue capaz de conseguirlo».