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AGNES GREY

Concerned for her family’s financial welfare and eager to expand her own horizons, Agnes Grey takes up the position of governess, the only respectable employment for an unmarried woman in the nineteenth century. Unfortunately, Agnes cannot anticipate the hardship, humiliation, and loneliness that await her in the brutish Bloomfield and haughty Murray households. Drawn from Anne Brontë’s own experiences, Agnes Grey depicts the harsh conditions and class snobbery that governesses were often forced to endure. As Barbara A. Suess writes in her Introduction, “Brontë provides a portrait of the governess that is as sympathetic as her fictional indictment of the shallow, selfish moneyed class is biting.”
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AGATHA RAISIN Y LA QUICHE LETAL (1)(BOL)

Agatha Raisin se lía la manta a la cabeza y decide marcharse de Londres para saborear las mieles de una jubilación anticipada en un tranquilo pueblo de los Cotswolds, donde no tarda en aburrirse como una ostra. Desplegar su talento para la alta cocina en el concurso gastronómico de la parroquia tendría que convertirla, por fuerza, en una celebridad. Sin embargo, al primer bocado de su exquisita quiche, el juez del concurso cae desplomado y Agatha se ve obligada a confesar la amarga verdad: la quiche letal era comprada. No hay más que una solución para que la perdonen: meterse en harina y desenmascarar ella misma al asesino.
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AGATHA RAISIN Y EL VETERINARIO CRUEL (2)

Tras haber desenmascarado al asesino de la quiche letal, la fortuna parece sonreír a Agatha Raisin. Aceptada por la pintoresca comunidad de Carsely, y felizmente acompañada de sus dos gatos, su vida transcurre sin otro objetivo que doblegar la indiferencia de James Lacey, militar jubilado por el que Agatha siente verdadera devoción. Un interés que parece evaporarse cuando aparece en escena Paul Bladen, el nuevo veterinario del pueblo, que no se muestra ajeno a sus encantos. Sin embargo, el hombre sucumbe a una inyección destinada a un caballo de carreras, y aunque todo apunta a un accidente, Agatha cree que se trata de un crimen. Ante la sorpresa de los lugareños, el coronel Lacey comparte, por una vez, la hipótesis de su tenaz vecina, hasta el punto de embarcarse con ella en una investigación mucho más peligrosa de lo que ambos habrían podido imaginar.
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