En un pueblo de una ciudad pequeña y provinciana como es la Mallorca de la década de 1960, dos mujeres completamente distintas buscan salida a una vida rutinaria en una España asfixiante que quiere ser moderna y cosmopolita pero que sigue atrapada en las miserias y contradicciones del franquismo. Por un lado, Sibila, exmodelo, busca en otros hombres el deseo que su marido le niega, martirizada por el recuerdo de una vida pasada en París que no volverá; y por otro lado, Asunción, una maestra de escuela que se enfrenta la pérdida de vocación profesional y a su condición de "solterona".
Ganadora del premio Planeta en 1964, Las hogueras es la mejor novela de Concha Alós y un libro que explora con valentía cuestiones como el deseo, la clase social, las relaciones de poder con los hombres o la frustración profesional de dos mujeres enfrentadas a los estereotipos de la época.
Las huellas es una tetralogía compuesta por las novelas Los muertos, Los huérfanos, Los turistas y Los difuntos, que hasta ahora se habían leído por separado. La publicación en un solo volumen de las cuatro ficciones revela que se trata de un único proyecto literario de alto nivel conceptual y estético. Una novela en cuatro partes que se plantea preguntas importantes: ¿Cuál es nuestra relación, intelectual y emocional, con los no humanos? ¿Y con las pantallas que nos envuelven? ¿Cuáles son los mecanismos de la amistad, el deseo y el duelo? ¿Las políticas de la memoria llevan a la ultraderecha cuando eclipsan las narrativas de futuro? ¿Cómo se relacionan la utopía con la distopía? ¿Por qué el turismo de masas se ha convertido en la energía que mueve el mundo? ¿Cómo pueden la literatura y el arte más ambiciosos representar las contradicciones de nuestra época? Jorge Carrión ensaya algunas respuestas a esas cuestiones y, sobre todo, insinúa muchas otras preguntas en 700 páginas desafiantes, de una rabiosa originalidad.
Corre el año 1892. Argentina es una nación joven, pero se encuentra entre las más pujantes y desarrolladas del mundo. Dos misteriosos agentes de la policía federal llegan al pueblo de Quequén, en la costa atlántica, para ayudar a resolver un crimen. Dos niños han sido degollados y su madre, viva, aunque en estado catatónico, es la única testigo del hecho.
Uno de los agentes es Juan Vucetich, un inmigrante de origen croata que trae un método innovador: la dactiloscopia, una disciplina que permite identificar inequívocamente a una persona por el relieve único de las crestas capilares de los dedos de la mano. Si lograran resolver un crimen tan horroroso gracias a este procedimiento, Argentina tomaría la delantera geopolítica con un logro revolucionario para la administración de los países.