Roland ha empezado a trabajar en el Centro de Cartografía de Sodrovno-Voldaquia. No tardará en comprender que dicha administración sirve a las ambiciones expansionistas del Mariscal Radisic. Pronto, el miedo se apodera del Centro. Se habla de atentados, archivos destruidos, rebeliones sangrientamente sofocadas…
Por otro lado, Shkodra, la joven de la que Roland se ha enamorado, parece despertar gran interés en las autoridades. La pareja huye a través de desiertos, montañas y pantanos… Acorralados, Roland y Shkodra solo tienen una escapatoria: cruzar la frontera. Pero ¿conseguirán orientarse en esos paisajes a escala real, que no se parecen en nada a los mapas con los que Roland está familiarizado?
Desde finales del siglo XIX y hasta los años cincuenta del siglo pasado, las jóvenes más humildes de los valles del Pirineo navarro y aragonés cruzaban a pie las montañas para trabajar en las fábricas de alpargatas del lado francés. Como las golondrinas, marchaban en octubre y regresaban en primavera, llenas de ilusión y cargadas de telas y enseres para el ajuar que constituiría su aportación a un futuro matrimonio.
Esperanza Ayerra es biznieta de Esperanza, una golondrina que cruzó los Pirineos en 1913 y a la que la mayor contienda mundial robó su porvenir. Es nieta de Esperanza, conocida como Perla, que no tuvo padre, ni marido, por el cruel destino de una España dividida. Es hija de Espe, una mujer que se tragó sus penas y a la que la historia dejó sin aire. Es el fruto de la frontera entre dos países que se alejan y se acercan cuando sus pobladores se enamoran.
Una historia inquietante, una novela dirigida a todo el mundo, ya que refleja diversas posiciones ante la vida, el amor y la muerte. PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS 2017 En La función Delta, Rosa Montero juega con dos momentos de la vida de un personaje, Lucía, a la que veremos con treinta y con sesenta años, es decir, en su (tal vez ilusorio) triunfante asentamiento y su posterior declive. ¿Qué somos capaces de hacer para no quedarnos solos en la recta final de la vida?Y es que el miedo a la muerte condiciona buena parte de nuestra existencia. A pesar de sus estrepitosos fracasos, la protagonista buscará sin desfallecer a la persona que habrá de acompañarla hasta su último suspiro, pues la soledad le resulta más insoportable que ir de un desamor a otro. La confrontación de la entrada en la madurez con la vejez da lugar a valiosas reflexiones sobre la sexualidad, la relación con los otros y la propia identidad.