Después de Obra abierta, en la que estudiaba los lenguajes experimentales del arte contemporáneo, y de Apocalípticos e integrados, donde abordaba las técnicas y los temas de la comunicación de masas, Umberto Eco analiza aquí las fronteras de la semiótica. Comprender los sistemas de signos obliga a ver los códigos como estructuras y explicarlas a través de otras estrucuras más vastas, en un movimiento regresivo hacia la matriz originaria de toda comunicación, una «esctructura no estructurada». La conclusión metafísica de esta búsqueda no puede ser más que el rechazo del código de códigos: la negación de la estructura ausente. Poniendo en juego todas sus investigaciones precedentes, Umberto Eco vuelve a asentar las bases de la semiótica y propone un verdadero sistema de la cultura como comunicación.
1912 es el año correspondiente a este séptimo volumen de los artículos de G.K. Chesterton. Año del hundimiento del Titanic; del setenta aniversario del semanario londinense The Illustrated London News para el que escribió entre 1905 y 1936; año del escándalo Marconi, que puso en jaque a David Lloyd George, Chancellor of the Exchequer (equivalente al ministro de Hacienda, en Inglaterra); año de la publicación de su revitalizadora novela Manalive, así como de la publicación del conjunto de ensayos The Great State de H. G. Wells, con quien continuará sus divertidas, inteligentes y lúcidas discusiones... sin olvidar a un contrincante habitual: el dramaturgo George Bernard Shaw. 1912, el año en que Chesterton funda The Players' Club, una compañía teatral, y cuando comienza a construir su estudio en Beaconsfield.
La ética del samurái en el Japón moderno " es el ensayo que escribió Yukio Mishima sobre " Hagakure " , el clásico de la literatura samurái escrito en el siglo XVIII por Yamamoto Tsunetomo tras dejar las armas y convertirse en el monje budista Jocho. Traducido como «Oculto por las hojas», Hagakure es un conjunto de dictados sobre el samurái ideal, muy popular en Japón hasta la Segunda Guerra Mundial. Fue una de las obras que acompañaron a Mishima desde niño y que dio sentido a su vida, viendo en ella una vía de protesta contra la sociedad japonesa que olvidaba sus valores tradicionales.