Walter, un director exitoso de teatro y televisión de unos cuarenta años, sufre una crisis vital. Divorciado de Marina -con quien tuvo a Martín, su hijo adolescente- y en pareja ahora con Cristina, intenta seguir viviendo como lo hizo siempre, rodeado de gente joven que lo admira, pero sin poder aquietar una angustia creciente que lo lleva a pensar que está cerca de la muerte.
Como en una danza bien orquestada, se suceden embarazos y partos, obras de teatro y series de televisión, separaciones y reencuentros. Y Martín, ese adolescente callado y confundido, partícipe de ciertos episodios de violencia nunca aclarados, decide viajar a Brasil para encontrarse a sí mismo.
Retrato lúcido e hiperrealista de un puñado de seres que bien pueden representar a la familia argentina actual, El circuito escalera es también una novela sobre la vida del artista que por momentos se cuestiona todo y no sabe ya si la creación es engaño o si el engañado es él.
Un vecino llama a la policía para advertir de que hay un joven sentado junto a la piscina de la víctima, que está llena de muñecas flotantes. El joven, Hugo, drogadicto, resulta ser el único hijo de Marianne, el gran amor de Servaz y a la que este no ve desde hace más de veinte años. Hugo parece el único sospechoso del terrible crimen pero una vez que Servaz se pone a investigar, descubre algo mucho peor: Julian Hirtmann, el perverso asesino en serie de Bajo el hielo, podría estar detrás del crimen.