La novela póstuma de un autor de culto.
Una obra intemporal que se lee con la sensación de estar ante un nuevo clásico.
Una joven pareja de recién casados llega desde Barcelona a instalarse en un pueblo desolado en mitad de la nada. Allí, el marido será gerente de una nueva empresa extranjera dedicada al reciclaje de residuos metálicos que para los lugareños es simple y llanamente una chatarrería.
La familia va creciendo hasta sumar cinco hijos, mientras el matrimonio hace aguas y la actividad de la planta resulta cada vez más dudosa. Se habla de unos camiones sin marca ni letreros, llenos de bidones de contenido raro. Y una noche todos asisten atónitos a un suceso que cambia la vida de la familia, del pueblo y del desierto que los rodea.
Una casa en el desierto es la historia de unos personajes y un paisaje. Una novela que le devuelve al lector los ecos de la mejor narrativa española, y que consagra a un escritor de larga trayectoria, discípulo de Ferlosio y con una altura literaria que lo encuadra junto a los grandes nombres de la novela contemporánea española.
La joven y curiosa Dominique estudia derecho en París y procura no morirse de aburrimiento. En la universidad conoce a Bertrand y empiezan a salir. Él es un buen chico, parece que se entienden bien e incluso podría decirse que se aman. Un día entran en un café y se encuentran casualmente con el tío de Bertrand, Luc, un seductor en la cuarentena que tiene una más que merecida fama de frívolo e inconstante, a pesar de estar casado. Poco a poco, Luc y Dominique empiezan a coincidir, conscientes de que la atracción mutua que sienten es cada vez más intensa, y también de que su relación será tan efímera como dolorosa. Pero ¿cómo resistirse?
Obligada a un período de descanso forzoso, la comisaria Isabelle Bonnet, directora del grupo antiterrorista de París, regresa a Fragolin, un idílico pueblecito en el sur de Francia donde pasó su infancia. Situado en el interior de la Provenza y envuelto en campos de lavanda, Fragolin es un enclave tranquilo en el que nunca pasa nada, hasta que aparece el cadáver de una mujer en una villa, cuyo propietario, un joven inglés, ha desaparecido sin dejar rastro. La historia no llama mucho la atención de Isabelle: en su vida ha visto cosas mucho peores y está decidida a descansar. Pero a los pocos días, su superior le encomienda la investigación y le confía como ayudante a Jacobert Apollinaire, un torpe agente de la policía local cuya ocupación ha sido hasta el momento el archivo municipal y nunca ha participado en una investigación sobre el terreno. A pesar de todo, la pareja investigadora cambiará muy pronto de opinión: como comprobarán, el caso de la mujer asesinada y el inglés desaparecido no es, para nada, un simple crimen de provincias.