lynne Fisher vive en una zona rural de una América futura, donde los empleos son escasos, a menos que te dediques a la fabricación ilegal de drogas, algo que ella evita a toda costa. Su hermano Burton vive, o lo intenta, de la subvención que la Administración de Veteranos le otorga por daños neurológicos sufridos en la unidad de Rehabilitación Táctica del cuerpo de élite de los Marines.
Flynne intenta sobrevivir con lo que gana trabajando en una cadena de montaje de productos en impresión 3D. Aunque gana más dinero como jugadora de un juego online, donde juega en nombre de un hombre rico.
Wilf Netherton vive en Londres, setenta y pico años después, en medio de una lenta apocalipsis. Pero las cosas parecen bastante estables por ahora. Wilf es un reputado publicista, con cierto toque romántico, nostálgico e inadaptado que contrasta con la sociedad en la que vive, en la que los viajes al pasado son simplemente un pasatiempo.
Burton ha estado trabajando secretamente en un proyecto online para garantizar la seguridad en un juego ambientado en un mundo virtual que se parece vagamente a Londres, pero con un aire aún más extraño.
Flynne y Wilf están a punto de conocerse.
When Rin aced the Keju—the Empire-wide test to find the most talented youth to learn at the Academies—it was a shock to everyone: to the test officials, who couldn’t believe a war orphan from Rooster Province could pass without cheating; to Rin’s guardians, who believed they’d finally be able to marry her off and further their criminal enterprise; and to Rin herself, who realized she was finally free of the servitude and despair that had made up her daily existence. That she got into Sinegard—the most elite military school in Nikan—was even more surprising.
But surprises aren’t always good.
Because being a dark-skinned peasant girl from the south is not an easy thing at Sinegard. Targeted from the outset by rival classmates for her color, poverty, and gender, Rin discovers she possesses a lethal, unearthly power—an aptitude for the nearly-mythical art of shamanism. Exploring the depths of her gift with the help of a seemingly insane teacher and psychoactive substances, Rin learns that gods long thought dead are very much alive—and that mastering control over those powers could mean more than just surviving school.