Mackenzie Probbet solo quería alejarse, olvidar, volver a empezar de cero; sin burlas o cualquier tipo de abuso escolar como el que tuvo que vivir prácticamente toda su vida. Ella tan solo quería comenzar de nuevo, hacer amigos que no pudieran defraudarla y finalmente abrirse a la idea del amor. Pero su timidez y torpeza, además de las burlas dirigidas a ella durante los años, la hicieron creer que no era lo suficiente buena para los chicos, y que por ese motivo nadie se fijaba en ella. Excepto aquellos ojos que la perseguÃan por las noches. Hasta que un día, Él apareció en su puerta, con esos ojos avellana que tanto la cautivaron desde un primer momento. Llevaba una gran mancha en su ropa. Sangre, espesa y roja. Ayden no sabía hacia dónde corría, tan solo lo hacía sin rumbo alguno con la esperanza de alejarse de los demonios que lo perseguían. Apenas sentía los dolores, su cuerpo estaba en un estado de shock extremo a tal punto que era extraño que no sintiera los efectos de sus heridas. Hasta que vio aquella casa y por instinto tocó la puerta, casi sin fuerzas. Estaba debilitado y dudaba poder mantenerse aun en pie. Un ángel fue quien abrió la puerta, y tan solo fue la vista de sus ojos lo que hizo que las esperanzas por sobrevivir y verla de nuevo florecieran en su pecho. Sin embargo, su pasado lo atormentaba, y sabía que tarde o temprano, volvería a él toda la mierda que vivió durante su adolescencia. Y, aun así, quiso disfrutar cada minuto del amor que una persona como Mackenzie podía darle.
San dejó de trabajar después de su boda. Un día observa con cierta alarma que su cara y la de su marido se parecen cada vez más. El marido, que proclama no querer «pensar en nada cuando está en casa», engulle toneladas de comida apoltronado en el sofá mientras ve la televisión. San se pregunta, desconcertada, si no se habrá casado con un ser que no pertenece a la especie humana. Finalmente, los rasgos de la pareja se empiezan a mezclar... A la novela breve que da título al volumen, galardonada con el premio literario más prestigioso de Japón, el Akutagawa, en la que la autora trata de la convención conocida como «matrimonio» de una manera muy original, siguen tres relatos sobre la alienación de lo cotidiano que revelan una imaginación ingeniosa y radicalmente libre.
En su impresionante debut, Jocelyn Nicole Johnson imagina una distopía posible en los Estados Unidos de hoy, sacudidos por el racismo y la violencia.La protagonista de esta novela es Da?Naisha Love, una joven mujer afroamericana descendiente de uno de los seis hijos que tuvieron el presidente de Estados Unidos Thomas Jefferson y la esclava Sally Hemings a finales del siglo XVIII. Ambientada en un futuro cercano, la narración arranca con un momento de máxima tensión: un grupo de vecinos de Charlottesville, en Virginia, es atacado por una turba de supremacistas blancos y huye en un autobús abandonado hacia las colinas de la ciudad. Encuentran refugio en Monticello, la mansión neoclásica que se hizo construir Thomas Jefferson al lado de su atestada plantación de esclavos: un vestigio de la herida racial que se remonta a los mismos orígenes del país y que aún permanece abierta.