A Grazia Deledda le concedieron el Premio Nobel de Literatura en 1926. Entre sus méritos destaca su memorable capacidad para desbrozar y relatar con sencillez los pensamientos y pasiones del alma humana. De manera análoga, es sobresaliente su estilo nítido, elegante y a menudo lleno de poesía que desarrolla en sus maravillosas descripciones paisajísticas.
El presente título es una de las mejores novelas de Grazia Deledda. En ella se narra la historia de Mariana Sirca, una joven sarda acostumbrada desde pequeña a la silenciosa pero constante presión que su entorno le impone en su vida. Mariana decide ser protagonista de su propia vida, y decide casarse con Simón, un bandolero de la zona. No obstante la rectitud de sus intenciones, su decisión es una afrenta es vista como una afrenta comprensible en el rural y arcaizante ambiente sardo.
Mariana Sirca es, sin duda, una de las mejores y más típicas novelas de Grazia Deledda.
Marianela" (1878) pertenece a lo que Galdós llamó "Novelas de la Primera época" (que comprenden obras como "Doña Perfecta" y "Gloria"). Partiendo de un caso extraído de un tratado de Psicología (la recuperación de la visión en un ciego congénito), Galdós creó una de sus novelas más famosas. La vida trágica de la muchacha Nela, fea y deforme, enamorada del ciego Pablo a quien sirve de lazarillo, es el hilo conductor sobre el que se entrelazan tres temas: la ceguera y su posible cura, la relación sentimental y la situación socioeconómica. La maestría del escritor canario se demuestra en la articulación narrativa de las oposiciones principales: belleza física y belleza moral; industria y agricultura, el hoy y el ayer; cultura y naturaleza. La relación del ciego con su lazarillo ha quedado como una de las más bellas surgidas de la pluma de Galdós.
En ocasiones, las estrellas nacen. Pero también hay que crearlas.
Los Ángeles, 1942. Norma Jeane Baker vive una niñez solitaria y se refugia en el cine. Aunque un matrimonio pactado la obliga a abandonar su sueño de convertirse en una estrella, cuando un fotógrafo intenta hacer de ella una modelo famosa Norma cobra vida frente a la cámara y deja atrás todas sus inseguridades. No tarda en darse cuenta de que su lugar está bajo los focos; que solo bajo su luz puede ser feliz. Pero, para lograrlo, primero deberá liberarse de las reglas puritanas de la época para deshacerse de Norma Jeane y convertirse en una mujer única cuyo nombre brillará en el firmamento durante generaciones: Marilyn Monroe.
«Nunca he engañado a nadie. He permitido que la gente se engañara a sí misma. No se molestaron en averiguar quién ni qué era yo en realidad».