Arthur Alter no está pasando por un buen momento. Profesor universitario, mediocre y sesentón, tiene harta a su jovencísima novia, no puede pagar la hipoteca y sus hijos, Ethan y Maggie, no le dirigen la palabra. Para evitar perder la lujosa casa familiar, Arthur decide invitarles a pasar un fin de semana con la excusa de una reconciliación, pero con la intención real de hacerse con la pequeña fortuna secreta que su difunta esposa Francine les legó.
Desde el fallecimiento de su madre, Ethan vive en Nueva York y se ha convertido en un ermitaño. Ha abandonado su trabajo, se ha comprado un apartamento que no se puede permitir y su parte de la herencia prácticamente ha desaparecido. Maggie, por su parte, se ha convertido en una especie de asceta voluntaria. No quiere tocar el legado de su madre, pero, al mismo tiempo, solo consigue trabajos mal pagados que no le dan ni para subsistir.
Contra todo pronóstico, ambos aceptarán la invitación de su padre sin que este imagine que todos tienen una agenda oculta.
Los altruistas es una oscura y divertida saga familiar que afronta la división entre los babyboomers y su descendencia millennial, que nos recuerda que todos cometemos errores y que, de alguna manera, lo importante es encontrar el camino de vuelta.
1943. En los momentos más oscuros, un apasionado romance nace entre dos jóvenes.
No fue hasta setenta años más tarde cuando sus caminos volvieron a cruzarse.
Una impactante historia real sobre el amor, la esperanza y la resiliencia.
Todo comenzó cuando las miradas de Zippi Spitzer y David Wisnia se cruzaron. En ese instante, nació una historia de amor que podría haberse dado en cualquier sitio, pero tuvo que enfrentarse al peor: Zippi y David eran prisioneros del campo de exterminio más infame de la historia y si su romance era descubierto, sería el fin para ambos.
Contra todo pronóstico, David y Zippi sobrevivieron durante años bajo el cielo cubierto de cenizas de Auschwitz. Con el tiempo, su amor creció y se fortaleció gracias a la protección de los compañeros del campo, su propia ingenuidad y giros del destino. Su aventura les permitió recordar que la vida anterior al Holocausto aún existía, una vida de posibilidades, de libertad y de anhelo. A medida que la guerra llegaba a su fin, los jóvenes comenzaron a planear su reencuentro, pero jamás se habrían imaginado cuán distintos serían los caminos de cada uno ni cuántos años transcurrirían hasta que volvieran a encontrarse.
Michael y Caitlin se encuentran secretamente desde hace veinticinco años en su paraíso particular: Coney Island. Unas preciadas horas juntos que programan una vez al mes y que son un bálsamo para la insatisfacción y el tedio de sus fríos matrimonios, del rutinario trabajo, de una familia distante e, incluso, de un país que los vio crecer y que ahora sienten lejos. Sin embargo, fuera de las cuatro paredes de esta modesta habitación de hotel hay un mundo que amenaza con separar sus caminos para siempre.
Una lectura compulsiva, un fresco de dos vidas y una decisión que ya no se puede retrasar se despliegan en el transcurso de unas horas, y una reflexión sobre la crisis de la madurez: qué pasa cuando desaparece la ilusión de la juventud y se cae en el conformismo.