En sentido y sensibilidad, Jane Austen explora con sutileza e ironía las opciones de la mujer en una sociedad rígida, donde el éxito o el fracaso dependen de la elección del marido. La historia se centra en dos hermanas, Elinor y Marianne, cuyas personalidades antagónicas ejemplifican dos posibles respuestas femeninas ante la hipocresía dominante: el «sentido común» y la «sensibilidad». Sin embargo, tanto un camino como el otro entrañan sus peligros.
Julien Sorel es un plebeyo provinciano, inconformista y rebelde que, si bien carece de recursos, ha recibido del bondadoso cura de su pueblo una educación privilegiada. Ello, unido a su afán de poder y a la seducción que jerce sobre las mujeres, despierta en él la inquebrantable resolución de hacer fortuna. La ascensión y caída de Sorel darán pie a una vívida descripción de una época que no ha ajustado cuentas con el pasado. Compleja y poderosa, esta obra cumbre del XIX sitúa a su autor como el primer novelista de genio de la era burguesa.
¿Cómo puedo yo decirle que nunca la va a encontrar, si ha gastado la vida buscándola? Con esa frase de resonancias míticas, se abre esta intensa historia de amor en medio de las rudezas del desplazamiento forzado. Un personaje enigmático al que llaman Siete por Tres llega a un albergue de emigrantes preguntando por una mujer a la que ha perdido en el tráfago de la guerra. Allí es atendido por una voluntaria extranjera, cuyo interés por el hombre va creciendo más allá del simple apoyo solidario. En el estrecho triángulo que se crea, la ansiedad por encontrar al otro se fusiona con la búsqueda de la tierra prometida. Y del amor: el imposible y, por qué no, también posible. La multitud errante, que ahora se presenta en edición revisada por su autora, narra de forma magristral el vacío del desarraigo pero también el poder sanador del amor y la amistad, y el anhelo por mantenernos unidos a aquellos que conforman nuestra patria interior, la única a la que no podemos renunciar.
Esta es la historia de Daniel, famoso por sus monólogos cáusticos en los que mezcla la provocación con una visión fría y cruel de la existenca. Estos son los últimos años de su vida, sus relaciones sexuales y amorosas, y su contacto con una secta cuyos miembros aseguran que el ser humano alcanzará la inmortalidad. Temas filosóficos, sociales, políticos y científicos, clonación y sexo, juventud y vejez, violencia y deseo... Toda la fuerza del pensamiento de Houellebecq: sus ideas siempre tiran a dar.
Valiéndose de las características propias de la novela gótica, la crónica medieval y la novela policíaca, El nombre de la rosa narra las actividades derectivescas de Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina en el año 1327. Le ayudará en su labor el novicio Adso, un hombre joven que se enfrentara por primera vez a las realidades de la vida, más allá de las puertas del monasterio. En esta primera y brillante incursión en el mundo de la narrativa, que Umberto Eco llevó a cabo hace más de treinta años, el lector disfrutará de una trama apasionante y de una admirable reconstrucción de una época especialmente conflictiva de la historia de Occidente.
Edgar Freemantle pierde el brazo en un terrible accidente que también le retuerce la mente y la memoria para dejarle lleno de rabia, y solo rabia, cuando empieza el proceso de recuperación. Su matrimonio, que le dio dos hijas maravillosas, se ha roto y Edgar quisiera no haber sobrevivido a las graves heridas que le produjo el accidente. Quiere huir. Su psicólogo, el doctor Kamen, le propone que empiece una nueva vida. Edgar alquila una casa en Duma Ker, un terreno de la costa de Florida. Allí comienza a dibujar. En la playa entabla amistad con Wireman, otro hombre a quien le cuesta hablar de sus heridas, y con la anciana Elizabeth Eastlake. Entonces descubre en sí mismo un talento artístico extraordinariamente peligroso. Muchos de sus cuadros contienen un poder que ni él sabe controlar. A medida que van descubriendo los fantasmas de la infancia de Elizabeth, el poder destructivo de los cuadros se convierte en algo realmente devastador.