Cuando tenía doce años, Cosimo Piovasco, barón de Rondò, en un acto de rebelión contra la rígida disciplina familiar, se encaramó a una encina del jardín de la casa paterna. Ese mismo día, el 15 de junio de 1767, conoció a la hija de los marqueses de Ondarivia y le anunció su propósito de no bajar nunca de los árboles. Desde entonces y hasta el final de su vida, Cosimo permanece fiel a ese principio.
Desde las postrimerías del siglo XVIII y hasta los albores del XIX, el barón participa tanto en la Revolución francesa como en las invasiones napoleónicas, pero sin abandonar nunca esa distancia necesaria que le permite estar dentro y fuera de las cosas al mismo tiempo.
Tras una semana confinados por el COVID-19, los inquilinos de un edificio de apartamentos del Lower East Side de Manhattan empiezan a reunirse en la azotea para contar historia. Cada noche que pasa, se reúnen más y más vecinos. Poco a poco, los inquilinos (algunos de los cuales apenas se han dirigido la palabra) se convierten en verdaderos vecinos.
Catorce días es una hermosa oda a las personas que no pudieron escapar cuando la pandemia golpeó. Una narración deslumbrante, conmovedora y, en última instancia, sorprendente de cómo, por debajo de la horrible perdida y el sufrimiento, algunas comunidades consiguieron hacerse más fuertes.
Una afilada sátira sobre el matrimonio y los vínculos que nos mantienen unidos
Corren los años noventa, Jack y Elizabeth son estudiantes universitarios y, en cuanto se conocen, tienen la certeza de haber encontrado a su alma gemela, por lo que no tardan en unir fuerzas y abrirse un hueco juntos en la floreciente escena artística underground de Chicago. Veinte años después están casados y, además de enfrentarse a los retos de ser padres, deberán lidiar con sectas disfrazadas de grupos de mindfulness, pretendientes poliamorosos, guerras en Facebook y algo llamado Poción de Amor Número Nueve.
Por primera vez, a Jack y Elizabeth les cuesta reconocerse mutuamente, y los antaño jóvenes soñadores se verán obligados a plantar cara a sus demonios: desde ambiciones profesionales frustradas hasta dolorosos recuerdos infantiles en el seno de sus propias familias disfuncionales. Jack y Elizabeth habrán de emprender caminos separados de indagación personal o arriesgarse a perder lo mejor de sus vidas: el uno al otro.
Nathan Hill regresa con una conmovedora e ingeniosa historia sobre el matrimonio, la búsqueda a menudo desconcertante de una vida feliz y saludable, y sobre las historias que nos mantienen unidos. Desde la provocadora escena artística del Chicago de los noventa hasta los actuales barrios residenciales y su obsesión por las dietas detox y las reformas en el hogar, Hill reinventa el género amoroso con refrescantes dosis de erudición, ironía y sensibilidad.