aquí enjaulado veo el cielo altísimo el aire fresco de la montaña la melodía de los pájaros más allá de los barrotes oigo los versos que me cantan y los canto enamorado toco cada palabra una por una quiero sentirles la textura el tono el engranaje las rimas consonantes los símiles las metáforas en el sonido de cada sílaba me va la vida lo presiento quiero quedarme para siempre a salvo enjaulado y a salvo aquí estoy yo don quijote de la mancha aferrándome a mi voz Fragmento de “Don Quijote enjaulado” Don Quijote a voces es un libro de poemas escritos a partir de algunos episodios y desde la mirada de distintos personajes clave en la obra de Cervantes, entre ellos tres mujeres (Dulcinea, Zoraida y Marcela); y también el propio Don Quijote, Sancho, Sansón Carrasco. El hilo conductor de este poemario es la voz, o mejor, las voces, pues en esa búsqueda está el eje principal de los poemas. Es un libro de creación poética a partir de la ficción: un homenaje, un diálogo, un juego, una apertura de los oídos para inventarles nuevos tonos a las voces, subirles el volumen en la poesía. Un intento de seguirles el rastro a algunos de los tantos momentos poéticamente detonantes de una narración inolvidable.
Lo mismo que una imagen recuerda a alguna análoga y una sombra a la fresca humedad de otra estancia y un olor a una escena cercana por remota y esta ciudad a aquella habitable y distante, así, cuando la tarde se hace eterna y es julio todo expresa una múltiple, inasible presencia, y el agua es más que el filtro de lo que fluye y pasa y la luz más que el velo que ilumina las cosas y el viento más que el nombre de una oscura noticia. «Mecánica terrestre» Álvaro Valverde (Plasencia, 1959) ha publicado, entre otros, los libros de poesía Las aguas detenidas, Una oculta razón (Premio «Loewe»), A debida distancia, Plasencias, Ensayando círculos, Mecánica terrestre, Desde fuera, Más allá, Tánger, El cuarto del siroco (Premio «Meléndez Valdés» de la crítica) y Sobre el azar del mapa.
Este es mi cuerpo derrotado asomando la cabeza a sus trescientas ventanas, este es mi reflejo en su taza de té, y mi lengua sobre sus ojos grises para siempre, este es mi idioma de alabastro y ceniza en sus oídos calientes como estufas en el invierno. Esta es mi hacha de fuego sobre sus columnas de abeto y de niebla. Esta es mi jauría de perros sin pelaje tras sus conejos. Esta es mi migración de cóndores inauditos estrellándose sobre su horizonte de acantilados y de olas. Óyeme bien, escucha cómo quiebro todas tus puertas, cómo te arrullo para hacerte caer, cómo te canto una canción de cuna y te suelto sobre el mar más hermoso de la tierra. Observa cómo me inclino para decir nuestra oración de la mañana, ese silbido que hace crecer volcanes imposibles en el ojo de la gaviota que se aleja. Fragmento de "La casa" Apocalipsis líquido se divide en siete partes de siete poemas, y cada una pretende contar un aspecto de lo que en su conjunto forma la sociedad donde el autor habita. El Salvador sigue siendo un país acosado por diversas clases de violencia, y donde los muertos forman parte de la cotidianidad tanto como los vivos, y la oscuridad y el amor se han mezclado como la leche y la harina en un pastel. Como un reflejo de la idiosincracia local, en el libro se juntan poemas de diversas temáticas, que alcanzan lo social, lo político, lo amoroso, e incluso, lo paranormal. Jorge Galán (San Salvador, 1973) es narrador y poeta.