La chica del tren
¿Estabas en el tren de las 8.04? ¿Viste algo sospechoso? Tú no la conoces. Ella a ti, sí.
Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?
Escrito en el agua
No confíes en nadie. Ni siquiera en ti.
Pocos días antes de morir, Nel Abott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja detrás.
Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado… No te fíes de nunca de una superficie en calma, no sabes lo que puede haber debajo.
Alan nació en Valle de la Pascua, estado Guarico, Venezuela; el 25 de abril de 1986. Ha vivido en varios lugares dentro y fuera. de Venezuela y se siente un ser humano universal. Identificado con una frase de Facundo Cabral: “No soy de aqui, ni soy. de allá.”
Ha hecho un poco de lo que está bien para . la sociedad y mucho de lo que su mente, alma y corazón le dictan. Apasionado empírico por la escritura, vivir la vida liviano y dejar su huella por donde avanza.
Para Ronald Hastie, recién graduado, un trabajo en la legendaria librería Shakespeare and Company es la opción perfecta para pasar un verano en París. Trabajar a tiempo parcial a cambio de alojamiento y comida le deja mucha libertad para explorar la ciudad que alguna vez visitó su héroe literario, Robert Louis Stevenson. Las cosas no hacen más que mejorar cuando conoce a un coleccionista que afirma tener los manuscritos originales de El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde y del nunca publicado La compañera de viaje. Pronto una obsesión imprudente se agita en su interior: buscar el secreto que se esconde en las páginas perdidas de Stevenson.
Identificado solo por el nombre falso Charles Brockden, el narrador de esta historia encuentra una selecta librería que despierta su interés: necesita con urgencia agregarla a su ya extensa colección cueste lo que cueste. Pero el dueño no se desprenderá fácilmente de su forma de vida.
Brockden decide elaborar un plan criminal para adquirir la librería sin que nadie sospeche de él, con un asesinato imposible de rastrear. Y está convencido de que tendrá éxito porque ya lo ha hecho antes.
Un antiguo pergamino arrastra a un librero a un secreto escalofriante.
Monty Danforth encuentra una lata enterrada debajo de una montaña de libros clásicos. En el interior hay un pergamino milenario escrito en un idioma desconocido. Danforth intenta fotocopiarlo y fotografiarlo, pero termina con imágenes en blanco, como si la tinta estuviera hecha de algo impermeable a la tecnología moderna.
Mientras el misterio del pergamino lo cautiva, el librero se ve envuelto en una extraña conspiración. Un anciano y su nieta aparecen interesándose por la reliquia. No serán los únicos: fuerzas poderosas anhelan los secretos encerrados en ese antiguo rollo, y Danforth sobrevivirá solo si logra dominar su poder.
Budapest, Nochebuena de 1928. Aunque envuelta en un espeso manto de nieve, la ciudad conserva un aspecto soberbio y majestuoso, y un escritor observa los escaparates iluminados con la mezcla de consternación y perplejidad que suele invadirlo siempre que se dispone a hacer alguna compra. Tal como ocurre desde hace más de una década, ha acordado con su esposa que no se intercambiarán ningún regalo para no agravar sus estrecheces económicas, pero él sabe que, como cada año, tendrá que cumplir con la tradición a riesgo de decepcionarla. Así, acaba comprando un cachorro de nombre Chútora, de pelo enmarañado y el tamaño de un puño, que pronto desempeñará un papel decisivo en su hogar hasta transformar para siempre la vida de todos.