En enero de 1909, una estafa realizada por un tal Henri Lemoine contra la compañía De Beers dedicada a la explotación de minas de diamantes acabó adquiriendo notoriedad mundial.
Marcel Proust, cuyo estilo ya se estaba perfilando en los primeros esbozos de la Busca del tiempo perdido, tomó este caso para describirlo a la manera de Balzac, Flaubert, Renan, Michelet o Saint-Simon, recurriendo, con ello, “a plena conciencia, a la parodia”, con la idea de evitar “malgastar el resto de nuestras vidas escribiendo parodias involuntarias”, o leyéndolas.
La vida de Azul parece perfecta: se recibió de ingeniera, tiene un buen trabajo y está casada con el marido ideal. Hasta que una mañana como cualquier otra, se desata el principio del fin de la historia que siempre había planificado. O el comienzo de un nuevo capítulo que no estaba escrito en ningún lado. Primero un mensaje que revela una traición y luego un secreto familiar que permanecía bien guardado la llevarán a una ciudad que ama y en la que alguna vez soñó con ser pintora. Con muy pocas pistas, Azul intentará descubrir eso que se hallaba oculto y también encontrarse a sí misma. Y en ese camino alguien inesperado la tomará de la mano y le enseñará lo que es un amor real. Lo nuestro fue real, de la autora del best seller El libro más lindo del mundo, es una novela sobre cómo los problemas de generaciones pasadas se transmiten y llegan al presente, cómo los silencios y secretos siguen doliendo en la familia que los recibe, sin saberlo. Destapar traiciones del pasado lleva mucho coraje, pero la búsqueda de la verdad nos muestra que podemos cambiar el destino, aunque nos digan que no y aunque nosotros mismos levantemos barreras que parecen imposibles de traspasar.
En este primer libro de ficción, Borges trabaja con biografías de ladrones y rufianes; personajes traidores y a veces también heroicos. Aquí están, entre otros, Lazarus Morell, redentor de esclavos, Tom Castro, hijo apócrifo y tolerante, y la viuda Ching, hábil en el saqueo de altamar. Cuentos que juegan a falsear y tergiversar historias ajenas. Le siguen «Hombre de la esquina rosada», uno de sus relatos más celebrados, y «Etcétera», un testimonio de sus incontables lecturas: «A veces creo que los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores».
Varela de Mar es un pueblo pequeño y tranquilo. Doscientos treinta y tres habitantes. Una playa que desaparece cuando sube la marea. Un faro abandonado.
Por eso Alba no lo visita desde hace cinco años. Bueno, por eso y porque allí fue donde aprendió lo que duele el amor y la herida aún escuece.
Sin embargo, en Varela también está Pelayo, su abuelo, que ha comenzado a olvidar y que ahora la necesita. Y también los recuerdos que dejó en sus calles cuando se marchó sin mirar atrás. Y Enol. El chico de las conversaciones raras, la obsesión por las mareas y que parece haber nacido en la época equivocada.
Un regreso inesperado, un faro lleno de secretos y dos historias inacabadas que, quizá, se merecen la oportunidad de un nuevo final.
«Alba, vive el presente. Porque un día será pasado y te atormentará no haberte dado cuenta antes de que todo acaba, incluso lo que creías que era para siempre.»
Richard VanRyan lo tiene todo.
Una mujer estupenda, una familia preciosa, grandes amigos y una carrera meteórica. Está cabalgando alto en la cima de la vida.
¿Qué pasará cuando el viaje se detenga, cuando lo impensable se haga realidad y la vida nunca vuelva a ser la misma?
El contrato ha cambiado.
¿Podrán Richard y Katherine superar la enmienda?
Nápoles, 1900. Fabio, el dueño del teatro Dellanotte, parte de viaje por un año, y encarga a sus dos hijos: Adriano, violonchelista ciego, y Carlo, la responsabilidad de regentar el teatro de la ópera. Pero tras su partida, todo va a cambiar. Sus hijos, aunque Carlo está casado, se enamoran de la misma misteriosa mujer. Su esposa desarrolla aficiones que no imaginaría. Y un sanguinario asesino en serie se dedica a matar en el teatro, siguiendo las pautas de un antiguo manuscrito que narra la vida de Diane, la criada muda de la envenenadora marquesa de Brinvilliers, en el París del Rey Sol. Para atraparlo, recibirán la ayuda de Gianni Leone, colaborador del fundador de la escuela italiana de antropología criminal Abele de Blasio. Se valdrá de sus nuevos, pero aún no probados, métodos científicos, para lograrlo… ¿o no?
"Un mismo principio puede curar o matar, que no es otra cosa que sanar de la vida".