Dos jóvenes exaltados, Asier y Joseba, se marchan en 2011 al sur de Francia con la intención de convertirse en militantes de ETA. Esperan instrucciones en una granja de pollos, acogidos por una pareja francesa con la que apenas se entienden. Allí se enteran de que la banda ha anunciado el cese de la actividad armada. Abandonados a su suerte, sin dinero, sin experiencia ni armas, deciden continuar la lucha por su cuenta, fundando una organización propia, en la que uno asumirá el papel de jefe y disciplinado ideólogo, y el otro el de subalterno más relajado. El contraste entre el afán de gestas y las peripecias más ridículas, bajo una lluvia pertinaz, va llevando la historia hacia una especie de drama cómico. Hasta que conocen a una joven que les propone un plan.
Inés sale en libertad, después de quince años presa por haber asesinado a Charo, la amante de su exmarido. Su vida ha cambiado, igual que lo ha hecho la sociedad: el avance del feminismo, las leyes del matrimonio igualitario y del aborto, el lenguaje inclusivo. Inés, una ama de casa tradicional y a quien la maternidad no le resultó algo feliz, entiende que debe ser práctica y adaptarse. Aunque le cueste.
Se asocia con la única amiga que hizo dentro de la cárcel, la Manca, y ponen una empresa doble: ella se ocupa de hacer fumigaciones y su socia, de investigar como detective privada. Como unas Thelma y Louise del conurbano de Buenos Aires, Inés y la Manca enfrentan situaciones complejas de su nueva realidad, con el deseo de reinventarse.
Hasta que una de las clientas de Inés, la señora Bonar, le propone un intercambio muy inquietante; como salida de las tinieblas del pasado, la propuesta puede inclinar la balanza peligrosamente hacia el lado desfavorable. Pero también puede cambiarles la vida.
El tiempo de las moscas es la nueva y esperada novela de Claudia Piñeiro, que retoma la historia de Inés, la recordada protagonista de Tuya, en un relato de coraje y amistad que nos retrata cabalmente como sociedad.
Frida Liu es una madre soltera de 39 años propensa a la ansiedad. En Filadelfia, donde vive, la denuncian por dejar a su hija sola durante un breve período de tiempo. Los Servicios de Protección Infantil del Estado, cada vez más empoderados, se llevan a su hija Harriet y ponen en vigilancia la casa de Frida. Despues de una serie de visitas supervisadas, un juez considera que Frida no es apta como madre, temporalmente.
Su única esperanza es seguir compartiendo la custodia de Harriet con su ex (y la cariñosa novia de el) y aprobar los exámenes impuestos por el nuevo y preciado programa gubernamental. Se trata de un programa interno de doce meses, una escuela situada en un campus universitario abandonado, que ha de ayudar a Frida (ya otras malas madres de todo el país) a convertirse de nuevo en madres aptas.
En esta ocasión, Krauss nos habla de masculinidades más o menos cuestionadas y cuestionables, de la dicotomía entre la promesa de ternura y la amenaza de la violencia que encierra la figura del hombre, y la fina línea que separa ambas facetas.
Bellos, tersos y un punto melancólico, estos relatos ofrecen una imagen depurada y sin fisuras sobre la brecha emocional que separa a hombres y mujeres.
Es 1996 y Selin se embarca en el segundo curso como estudiante de literatura de Harvard. Aunque el verano ha quedado atrás, no puede dejar de pensar en lo ocurrido durante esos meses en Hungría al lado de Ivan, el chico del que está enamorada. Los últimos emails que han intercambiado no dejan claro en qué términos está ahora su relación, y aunque en la literatura ella disfruta de las historias complejas protagonizadas por mujeres condenadas a la tragedia, en la vida real preferiría no convertirse en una de ellas.
La verdadera historia de la primera mujer que conquistó el océano.
Hace más de quinientos años, en 1519, la escasez de víveres y las enfermedades asolaban España mientras Magallanes comenzaba los viajes que serían el punto de partida para el apogeo y el dominio español del mar del Sur. Años después, cuando la carrera por la conquista de lo desconocido llegó a su punto álgido, el navegante Álvaro de Mendaña murió durante el trayecto dejando su tripulación sin general. Será entonces cuando su esposa Isabel Barreto, decide ponerse al mando y reconquistar los parajes que su esposo había descubierto en vida. Desde Pontevedra hasta los mares del Sur, Isabel se enfrentó a viento, marea y los prejuicios de la época, pero nada pudo frenar la ambición por escribir su propio futuro.