Borgo Cardo, Montañas de Emilia-Romagna, 2019. La comunidad de un pequeño pueblo se reúne para lamentar la pérdida de una niña que estaba desaparecida y cuyos huesos fueron encontrados en el bosque, veintidós años después de su desaparición. Para Sara Romani, de treinta y tres años, que no ha puesto un pie en el pueblo desde su infancia y ahora se ha convertido en una oncóloga quirúrgica exitosa, esta es una oportunidad peligrosa para volver a conectarse con un pasado del que escapó muchos años antes. Ahora, solo quiere olvidar el pequeño pueblo entre las montañas, pero de repente otra niña desaparece. Su nombre es Rebecca y es la última heredera de la antigua tradición de las curanderas.
Para Sara, una minuciosa mujer de ciencia, este es el comienzo de un descenso a un inframundo lleno de secretos enterrados, a través de calles, bosques y casas que había aprendido a borrar de su memoria.
¿Cuál es el oscuro misterio detrás de la tradición centenaria de las curanderas?
En una salvaje carrera contrarreloj para descubrir quién ha secuestrado a Rebecca y salvarla antes de que sea demasiado tarde, Sara debe aceptar una parte de sí misma que ha escondido a lo largo de los años, a riesgo de perderse en un laberinto sin salida.
De la fórmula «poema épico-cómico en prosa» que Fielding eligió para encuadrar Joseph Andrews dentro de la tradición clásica, el elemento más significativo es, sin duda, el adjetivo «cómico». Inspirándose en don Quijote el autor crea un personaje, el vicario Adams, que ha conseguido, gracias a las virtudes que lo adornan, ganarse el afecto de los lectores de todos los tiempos pese a sus excentricidades y a su absurdo comportamiento.
Aunque La historia de las aventuras de Joseph Andrews es una de las mejores introducciones a la Inglaterra del siglo XVIII, su interés no es exclusivamente histórico, pues con el paso del tiempo sigue demostrando cómo Fielding creó en esta novela, iluminándola con su espíritu, un mundo propio que sigue hoy tan vivo como hace más de dos siglos.
Simón Hernández, un escritor bogotano con más ínfulas que obra, ha muerto. Y en su viaje por el inframundo se encuentra con siete personajes de todas las épocas y paisajes: una monja tunjana del siglo XVII, un enterrador portugués que presencia la destrucción de Lisboa de 1755, una joven impostora colaboradora de Dumas, un soldado alemán que durante la Primera Guerra Mundial batalla contra su propia violencia, un astronauta trastornado por la experiencia de viajar a la Luna, una rabiosa rockera acechada por la fama de los ochenta y una profesora china que se bate por recuperar la humanidad en el mundo del futuro dominado por las máquinas.
En esta ambiciosa novela, Silva Romero hace un repaso por la historia de la cultura y de la especie humana a través de las empresas delirantes que asumen sus personajes. Son ocho tramas que tienen en común la defensa del individuo ante los yugos y la idea de que la muerte es una suerte de reivindicación si se logra volver a la vida.
No hay delirio más voraz que el deseo. Se alimenta de lo que encuentra, de lo que sabe y no sabe, crece mejor en las sombras, en los santuarios prohibidos, en las distancias insalvables.
S es una escritora que vive en Londres. Ha perdido a un hijo y con él todo lo que la ataba a la vida, incluido su matrimonio. F es abogado y lleva junto a su mujer una vida tranquila en Santiago de Chile. S y F se conocen en Londres y a partir de entonces comienzan a reunirse clandestinamente en remotas ciudades, al tiempo que mantienen una obsesiva comunicación a distancia. Junto a F, ella recobra el impulso erótico y las ganas de sentir, de amar, de asomarse al mundo. Sin embargo, los kilómetros que los separan y el desconocimiento que cada uno tiene de la verdadera vida del otro llevarán a S a enfrentarse a unas circunstancias que ni en sus sueños ni en sus pesadillas hubiese podido imaginar.
Mostrando la sexualidad de los amantes de manera explícita y audaz, Carla Guelfenbein recorre en esta novela las zonas del cuerpo y la mente donde los deseos nacen y se expanden hasta dominarlo todo. Una novela que revela sin tapujos el poder cegador de las ilusiones y de las historias que nos contamos para seguir viviendo.
Diez relatos que concentran lo mejor de la escritura de Rafael Gumucio: el desparpajo, las paradojas, la mirada entrañable hacia las relaciones familiares, la madre como una figura tan compleja como esencial para los personajes, la compasión risueña por la torpeza propia y ajena, la feliz mezcla de historia e imaginación. Ambientadas en Puerto Príncipe, París, Nueva York y Santiago, así como en algunos paisajes mentales, estas historias muestran a padres incapaces de dejar crecer a sus hijos, a hijos incapaces de dejar libres a sus padres, a chilenos intentando aprender inglés en Nueva York, atrapados por la burocracia municipal, en duelo bajo los efectos de la marihuana o compartiendo con Evo Morales la celebración de su cumpleaños.
Antes de que nadie se despierte, en una perfecta mañana de agosto, Elle se dirige a nadar en el espléndido estanque del Palacio de Papel, la casa en los bosques de Cape Cod donde su familia ha pasado los veranos durante generaciones. Desde el porche, Elle aún puede ver la mesa sin recoger de la cena; copas de vino vacías, cera de velas en el mantel, ecos de las risas de sus familiares y conocidos. Pero esta mañana es diferente: la noche anterior Elle y su mejor amigo de la infancia, Jonas, se escabulleron para tener un apasionado encuentro contra la pared exterior de la casa mientras sus parejas charlaban en el interior.
Décadas de recuerdos, secretos y mentiras han conducido a Elle hasta este día. Ahora, durante las siguientes veinticuatro horas, tendrá que elegir entre la vida que ha construido con su maravilloso marido, Peter, y la que imaginó con su primer amor, Jonas, si un trágico suceso no lo hubiera cambiado todo para siempre.