Acompañado del joven Íñigo Balboa, a Alatriste le ordenan intervenir en una conjura crucial para la corona española: un golpe de mano en Venecia para asesinar al dogo durante la misa de Navidad del año 1627, e imponer por la fuerza un gobierno favorable a la corte del rey católico en ese estado de Italia. Para Alatriste y sus camaradas -el veterano Sebastián Copons y el peligroso moro Gurriato, entre otros-, la misión se presenta difícil, arriesgada y llena de sorpresas. Suicida, tal vez; pero no imposible.
Diego Alatriste bajó del carruaje y miró en torno, desconfiado. Tenía por sana costumbre, antes de entrar en un sitio incierto, establecer por dónde iba a irse, o intentarlo, si las cosas terminaban complicándose. El billete que le ordenada acompañar al hombre de negro estaba firmado por el sargento mayor del tercio de Nápoles, y no admitía discusión alguna; pero nada más se aclaraba en él.
Las aventuras del capitán Alatriste», que acontece en Sevilla en 1626, el capitán recibe tras su regreso de Flandes el encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos espadachines para una peligrosa misión.
Sevilla, 1626. A su regreso de Flandes, donde han participado en el asedio y rendición de Breda, el capitán Alatriste y el joven mochilero Íñigo Balboa reciben el encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos espadachines para una peligrosa misión, relacionada con el contrabando del oro que los galeones españoles traen de las Indias. Los bajos fondos de la turbulenta ciudad andaluza, el corral de los Naranjos, la cárcel real, las tabernas de Triana, los arenales del Guadalquivir, son los escenarios de esta nueva aventura, donde los protagonistas reencontrarán traiciones, lances y estocadas, en compañía de viejos amigos y de viejos enemigos.
El caballero del Jubón amarillo se desarrolla en el mundo de los corrales de comedias del Madrid del siglo XVII. En esta ocasión Diego Alatriste volverá a cruzarse con viejos amigos y viejos enemigos, y con los personajes famosos de la época como Lope de Vega, Calderón de la Barca y el capitán Alonso Contreras.
Lances, estocadas, intrigas palaciegas y aventuras amorosas salpican un relato de acción trepidante.
«Don Francisco de Quevedo me dirigió una mirada que interpreté como era debido, pues fui detrás del capitán Alatriste. Avísame si hay problemas, habían dicho sus ojos tras los lentes quevedescos. Dos aceros hacen más papel que uno. Y así, consciente de mi responsabilidad, acomodé la daga de misericordia que llevaba atravesada al cinto y fui en pos de mi amo, discreto como un ratón, confiando en que esta vez pudiéramos terminar la comedia sin estocadas y en paz, pues habría sido bellaca afrenta estropearle el estreno a Tirso de Molina. Yo estaba lejos de imaginar hasta qué punto la bellísima actriz María de Castro iba a complicar mi vida y la del capitán, poniéndonos a ambos en gravísimo peligro; por no hablar de la corona del rey Felipe IV, que esos días anduvo literalmente al filo de una espada.
A punto de incorporarse a su antiguo tercio en Flandes, Diego Alatriste se ve envuelto por mediación de su amigo don Francisco de Quevedo en otra peligrosa aventura. Una mujer ha aparecido estrangulada en una silla de manos frente a la iglesia de San Ginés, con una bolsa de dinero y una nota manuscrita: «Para misas por su alma». El enigma se complica con los sucesos misteriosos que ocurren tras las paredes de un convento, cuando Alatriste es contratado para rescatar de allí a una joven novicia.
En el azaroso y fascinante Madrid de Felipe IV, entre lances, tabernas, garitos, intrigas y estocadas, la aventura pondrá en juego la vida de los amigos del capitán, haciendo surgir del pasado los fantasmas de viejos enemigos: el pérfido secretario real Luis de Alquézar, el inquisidor fray Emilio Bocanegra y el siniestro espadachín italiano Gualterio Malatesta.
Un testimonio íntimo y poderoso sobre cómo encontrar propósito, bienestar y conexión en un mundo acelerado.
A sus 27 años, Valeria había cumplido el sueño americano: un trabajo en la banca privada en Miami con un salario de seis cifras, un apartamento frente al mar y acceso a los eventos más exclusivos. Sin embargo, nada de esto lograba llenar el profundo vacío interior que arrastraba desde hacía mucho tiempo. Justo cuando le ofrecieron el ascenso soñado, tomó una decisión radical: dejarlo todo atrás y emprender un viaje en busca de sanación y conexión, consigo misma, con los demás y, sobre todo, con la naturaleza. Pero para lograr una transformación, necesitaría mucho más que una decisión.
They can run from their demons . . .
The jokester of the demon brothers, Meph wears his grin like armor and uses humor as a mask. But lately, his composure has been slipping, especially around her. Iris. The blue-haired witch with a vicious temperament. Something about her soothes the darkness within him . . . but he’s not looking for a savior. There’s no such thing for someone like him.
But they can’t hide forever . . .
Bitter and haunted by her traumatic past, Iris Donovan isn’t keen on welcoming demons into her life—even if they’re her sister’s friends. Especially not teasing, tattooed, Meph, with his red eyes and devilish smile. After a toxic relationship, she’s sworn off commitment, and she’s not looking for another Mr. Damaged. Yet she can’t stop craving what she shouldn’t want.
To conquer this monster . . . they must tame it together.
With the return of a deadly enemy, the pain they’ve been suppressing is exposed, and Meph and Iris can no longer deny their feelings. Before Meph is swallowed by his darkness, Iris must overcome her fears and embrace that terrible part of him . . .
Or lose him forever.
As the daughter of a con artist, Phoebe Graves only knew a life of swindling the rich until her best friend and fellow grifter, Hailey Tinrock, proposed an idea to start a new, honest life in a wealthy college town of Connecticut. Once there, they decided to leave behind their deceitful tricks and be truthful for once. But you know what they say about best intentions. . . .
While Phoebe is fake-dating Jake Waterford, the third-born son to an uber-wealthy and influential family, she’s actually dating and falling deeper in love with Brayden “Rocky” Tinrock—Hailey’s older brother. To make matters more complicated, Phoebe’s mother shows up out of the blue with conniving match-making designs of her own.
Her mother’s arrival threatens to unravel Phoebe’s plans. To keep her love, her friends, and her newfound happiness, Phoebe will have to return to her old games . . . and win.