Ana María Matute evoca la infancia en un libro de relatos empapado de esa belleza, ternura e intuición que solo sentimos cuando pensamos en lo irrecuperable.
Tras once años de ausencia, el protagonista de El río vuelve a los escenarios de su niñez. El pueblo por el que correteó durante varios veranos ya no existe. Ha sido cubierto por las aguas del pantano y sólo emerge, como inquietante aparición, cuando baja el nivel con los calores de agosto. Desde esa presencia irreal y envolvente, Ana María Matute nos ofrece una serie de relatos breves, que esbozan momentos de una infancia tan mágica como irrecuperable. Los lobos, los mendigos, los disfraces, la muerte de un niño, la lluvia, las nubes o el eco son algunos de los elementos de esa evocación, que integra la realidad y el misterio, la vida y la muerte. Con un lenguaje agridulce, de sosegadas ternuras y raros presentimientos, El río nos descubre la fugacidad de los primeros años, la revelación de que "el tiempo nuevo se impone sobre el tiempo viejo, lo sofoca, lo pisa, y sigue".
La adolescencia, esa etapa de la vida donde todo se siente a flor de piel, vista a traves de los ojos de Ana María Matute en siete narraciones cortas y desoladoramente luminosas.
Algunos muchachos reúne siete narraciones cortas. En ellas se habla de niños, de adolescentes en su tránsito definitivo hacia la vida adulta. De muchachos que no quieren crecer y se aferran a ese universo de sutiles y maliciosas sabidurías que esconde la infancia y a su desgarrado descaro. La astucia de El Galgo en una historia entre fantástica y real ("Algunos muchachos"); el pequeño rebelde que quiere incendiar su casa ("Muy contento"); la redactora de un infantil diario íntimo ("Cuaderno para cuentas"); la rara personalidad de Claudia ("No tocar"); el misterioso halo que envuelve a Ferbe ("El rey de los zennos"); el rencor del protagonista de "Retrato del joven K" o la patetica figura de Adela ("Una estrella en la piel") atraviesan estas páginas. Cómplices, furtivos o asombrados, estos muchachos aparecen en toda la riqueza de su sensibilidad a traves de la prosa lírica, hiriente y desoladoramente luminosa de Ana María Matute.
Escritos a lo largo de medio siglo, los poemas que conforman Los dedos de la Aurora giran en torno al mundo clásico, tema nuclear en la obra de Luis Alberto de Cuenca al que se ha acercado como traductor, filólogo y estudioso y que ha dejado una huella profunda y perdurable en su poesía, una de las más prestigiadas e influyentes de las últimas décadas. Los autores helenísticos de la Antología Palatina, en particular, pero también los elegíacos y epigramistas latinos, la épica de Homero o de Virgilio y la lírica arcaica, comparecen en homenajes que a la vez que transmiten el legado de la Antigüedad lo reelaboran en clave irónica o sentimental. Seleccionada por Luis Miguel Suárez, con prólogo del autor y epílogo de Victoria León, la antología ofrece una muestra deliciosa y altamente significativa de un universo poético que recrea las fuentes grecorromanas o se sirve de la narratividad de sus mitos para indagar en los universales de la condición humana, expresando un vitalismo a prueba de tinieblas.
"Whitehead se está convirtiendo rápidamente en el Dickens de la vida de losafroamericanos estadounidenses".Johanna Thomas-Corr, The Times
El doble ganador del Pulitzer continúa entonando su himno a Harlem, en todo su esplendor y miseria, y recreando el paisaje criminal del agitado Nueva York de la decada de 1970.
Comienza la decada de los setenta y la ciudad de Nueva York parece más sucia y peligrosa que nunca. Mientras en las calles de Harlem estalla una guerra abierta entre el Ejercito Negro de Liberación y la policía estatal, Ray Carney, al frente de su próspera tienda de muebles, intenta mantenerse alejado de los negocios turbios y ser un honrado padre de familia. Pero no es sencillo dejar atrás un pasado entre ladrones, gánsteres y policías corruptos y, al no encontrar entradas para los Jackson 5 para su hija adolescente, no duda en recurrir a un viejo contacto policial que, a cambio, le reclamará favores un tanto dudosos.
Manifiesto criminal nos conducirá desde un mundo de caprichosas estrellas de Hollywood, traficantes de drogas y sicarios que pueblan una producción cinematográfica "made in Harlem" hasta una trama de especuladores y corrupción política que hará que el barrio arda en llamas.
Cuando llega la noche aparecen la tensión, el miedo y el suspense más oscuro. De eso tratan estas tres novelas cortas, reunidas por primera vez en un libro y que nos hablan de personajes al límite, enfrentados a los peligros y misterios que solo acechan si las sombras salen de sus escondites.
Historia de un crimen perfecto es la confesión en primera persona del asesino Eric Rot. A través de cien páginas redondas —en las que se adivinan ecos de Hitchcock y Poe—, este relato nos habla sobre el peso insoportable de algunos secretos.
En Noche de almas, el lector acompaña a una pareja de mochileros que han medido mal sus fuerzas en una travesía por el desierto. Cuando, al borde de la extenuación, al fin llegan a una antigua casa colonial rodeada por un extraño círculo de piedras, piensan que están a salvo. Sin embargo, será entonces cuando empiece la verdadera pesadilla.
Los poemas de Averno, el décimo libro de Louise Glück (Nueva York, 1943-Cambridge, 2023), Premio Nobel de Literatura 2020, discurren entre ambiguos regresos del amor y múltiples regresos de la muerte, entre la nostalgia por la vida y el alivio que proporciona el alejarse de ella. «La muerte no puede hacerme más daño / del que tú me hiciste a mí, / querida vida mía», dice la protagonista de este libro. La poeta aborda una vez más sus temas habituales por medio de personajes mitológicos; los poemas se estructuran a lo largo de un hilo narrativo protagonizado por una modernizada Perséfone, la hija arrebatada a su madre por Hades, el dios de los muertos.