Encuadernación: Rústica con solapasColección: Biblioteca J. J. BenítezCon esta novela-testimonio, J. J. Benítez completa el famoso diario del mayor norteamericano que saltó a los tiempos de Jesús de Nazaret. Si en Jerusalén. Caballo de Troya 1 se afirmaba que los evangelistas no habían contado la verdad sobre el Nazareno, en esta nueva obra vuelve a demostrarse. Y J. J. Benítez lo hace en otros dos oscuros y fascinantes capítulos de la vida de Cristo: sus apariciones después de muerto y su infancia. Conozca cómo se preparó este segundo traslado a la Palestina del año 30. Sepa también algo que el mundo ha ignorado: el diabólico plan ruso-norteamericano Rapto de Europa. En cuanto a los descubrimientos de Jasón en esta segunda exploración, he aquí algunos de los que desvela Masada. Caballo de Troya 2: ¿sabía usted, por ejemplo, que en la llamada última cena muchas de las palabras del Galileo fueron manipuladas e ignoradas por los sucesores de san Pedro? ¿Sabía que las apariciones del Maestro después de su resurrección fueron más numerosas que las relatadas por los Evangelios? ¿Imaginaba usted que María, la madre del Hijo del Hombre, habría sido calificada hoy como nacionalista?
Un interesante ajuste de cuentas de Mario Conde con su vida y con sus ídolos literarios, pero también una punzante e inolvidable recreación del Hemingway ególatra y contradictorio, acorralado por sus recuerdos y remordimientos, en los días previos a su suicidio. En la memoria de Mario Conde todavía brilla el recuerdo de su visita a Cojímar de la mano de su abuelo. Aquella tarde de 1960, en el pequeño pueblo de pescadores, el niño tuvo la ocasión de ver a Hemingway en persona y, movido por una extraña fascinación, se atrevió a saludarlo. Cuarenta años más tarde, abandonado su cargo de teniente investigador en la policía de La Habana y dedicado a vender libros de segunda mano, Mario Conde se ve empujado a regresar a Finca Vigía, la casa museo de Hemingway en las afueras de La Habana, para enfrentarse a un extraño caso: en el jardín de la propiedad han sido descubiertos los restos de un hombre que, según la autopsia, murió hace cuarenta años de dos tiros en el pecho. Junto al cadáver aparecerá también una placa del FBI.
Para ser una esclava en el Saint-Domingue de finales del siglo XVIII, Zarité había tenido buena estrella: a los nueve años fue vendida a Toulouse Valmorain, un rico terrateniente, pero no conoció ni el agotamiento de las plantaciones de caña ni la asfixia y el sufrimiento de los trapiches, porque siempre fue una esclava doméstica. Su bondad natural, fortaleza de espíritu y honradez le permitieron compartir los secretos y la espiritualidad que ayudaban a sobrevivir a los suyos, los esclavos, y conocer las miserias de los amos, los blancos.
Zarité se convirtió en el centro de un microcosmos que era un reflejo del mundo de la colonia: el amo Valmorain, su frágil esposa española y su sensible hijo Maurice, el sabio Parmentier, el militar Relais y la cortesana mulata Violette, Tante Rose, la curandera, Gambo, el apuesto esclavo rebelde... y otros personajes de una cruel conflagración que acabaría arrasando su tierra y lanzándolos lejos de ella.