En el pueblo de Z, en la Costa Brava, el extraño homicidio perpetrado en una pista de hielo clandestina, erigida bajo un halo de misterio e ilegalidad, enturbia los calurosos días de un verano como cualquier otro. Tres voces dan vida al relato de los hehcos: la de Remo, chileno con pretensiones de escritor; la de Gaspar, mexicano aspirante a poeta que trabaja de noche como vigilante de un camping, y la de Enric, político catalán embelesado por una bella y veleidosa patinadora. Los testimonios de cada uno de ellos se entrecruzan y pugnan para hacerse con una verdad a la que solamente el lector, como un detective que debe lidiar con el peso de la investigación, tiene acceso. Los narradores, unidos en la tragedia y en el hastío existencial, dibujan con sus historias no sólo un asesinato, sino un crimen contra su dicha, que parece no tener fin.
Publicada meses después de la muerte de Bolaño,2666 ha sido unánimemente aclamada por la crítica internacional y por los lectores, y es considerada una obra sin igual en la literatura contemporánea.
Mejor libro en español de los últimos 25 años según Babelia.
La ciudad mexicana de Santa Teresa -trasunto de Ciudad Juárez- atrae como un imán a los protagonistas. Cuatro críticos literarios europeos viajan hasta Sonora tras las huellas del escritor desaparecido Benno von Archimboldi, cuya vida se refiere en la parte final de la novela. Allí conocerán a Amalfitano, el profesor universitario chileno que, junto con su hija, se establece en la ciudad, a la que también llegará el periodista estadounidense Oscar Fate para retransmitir un combate de boxeo. Pero el corazón del relato se encuentra en «La parte de los crímenes» donde, con la precisión de un bisturí, Bolaño narra los asesinatos de mujeres cometidos en Santa Teresa y las infructuosas investigaciones de la policía. En el epicentro del Mal, nada puede parar el horror.
En la primavera de 1938, monsieur Pierre Pain, acupuntor y seguidor convencido de las teorías mesméricas, recibe el cometido de tratar el hipo de un sudamericano abandonado a su poca suerte y escasos medios en un hospital de París. Lo que a priori parecía un extraño caso de fiebre alta, no obstante, se presenta ante sus ojos como un entramado de proporciones inimaginables y abre la puerta a preguntas cuyas respuestas Paín tendrá que desvelar.