Si en los años setenta alguien pensaba que se había acabado el tiempo para la grandeza en la poesía, apareció Raúl Zurita y demostró desde su primer libro, Purgatorio, que no, que era tan cierto que todo estaba escrito como que todo estaba por escribirse. Y se embarcó en un largo y ambicioso proyecto que tomaría las más altas tradiciones literarias y bíblicas para entrecruzarlas con los infiernos y los amores de la devastada biografía del propio autor, así como con la convulsionada y luego lánguida historia del Chile del último medio siglo. La escritura de Zurita aspira a moverse con la misma fuerza que la naturaleza. Y, como diejra John Ashnery cuando lo leyó por primera vez, «la poesía que emerge es a ratos fría, abrasadora, ácidamente cruel y finalmente liberadora». Esta antología personal no sólo recoge lo mejor de esa producción única, sino que lo presenta con una arquitectura nueva, haciendo de este libro el gran legado de uno de los poetas vivos más deslumbrantes de la lengua castellana.
Las circunstancias han convertido a Midori Edo en un muchacho que siente sobre los hombros todo el peso de una adultez prematura. Vive en casa de su abuela Masako junto a su madre Aiko, y recibe regularmente las visitas de su desvergonzado padre biológico.Pero Midori y su familia no son los únicos que viven constreñidos por el asfixiante lazo de una existencia precaria. Hanada, su amigo de la escuela, quiere vestirse como una mujer para fundirse así con la sociedad que lo rodea y sentir el desprecio ejercido por esta en su propia piel, al tiempo que la enamorada Mizue ha de soportar sus miradas llenas de indiferencia.Algo que brilla como el mar es la historia de unos personajes que sienten que en el mundo donde viven no hay lugar para ellos. Midori, Hanada, Mizue; todos ellos transitan por un puente colgante entre una época ancestral que vive sus últimos días y un mundo nuevo que justo empieza a abrir los ojos al cambio.