Con una escritura ágil y magnética y una mirada cómica y a la vez comprensiva, el escritor chileno Gonzalo Maier ha sabido retratar en su obra las frustraciones, contradicciones y desencuentros humanos, especialmente los que se producen por las energías misteriosas e incontestables del mercado y sus promesas. Así lo muestran las dos novelas breves e irrepetibles que reúne este volumen, una especie de díptico acerca de lo que es y lo que deja de ser.
En Piña, un artista que se desvive postulando a becas y fondos públicos se encuentra con el fantasma de una curadora y crítica de arte recién fallecida, que le enrostra su mediocridad y, de paso, evidencia el lugar que lo fantasmal ocupa en el trabajo contemporáneo. Y en Mal de altura un profesor de filosofía se aleja de sus ideales, de su pareja y de sus pretensiones académicas al tiempo que dicta un curso de ética para un empresario condenado por corrupción. Mientras el profesor se va fascinando por las mecánicas del dinero, el empresario se interesa cada vez más por Marco Aurelio, la vida improductiva y una incierta forma de rebelión.
¿Qué harías si el destino te hiciera cruzarte con el hombre perfecto hasta cuando sacas la basura en pijama? ¿Enamorarte, volverte loca… o ambas?
Ada lleva un tiempo de sequía amorosa cuando empieza a encontrarse en todos lados, como por arte de magia, con un auténtico dios griego. Tomando el sol en la playa, en el trabajo, incluso sacando la basura; allí está él, como si estuviera destinado a provocar que a Ada se le haga la boca agua. Parece que ha sido abducida por una comedia romántica, pero la realidad siempre es peor que la ficción y digamos que, en este caso, él viene acompañado de algún pequeño inconveniente (o no tan pequeño). Por mucho que lo intente, Ada no es capaz de huir de él. ¿Cómo se librará de esta?
Coincidencias, malentendidos y tensión sexual son el cóctel perfecto de esta historia de amor llena de caos. Con miles de lectores, Raquel Antúnez sabe escribir una buena comedia romántica con la que divertirse y enamorarse.
Una adivina errante encuentra una familia inesperada en este cálido y maravilloso debut de fantasía, perfecto para los lectores de Travis Baldree y Sangu Mandanna.
Tao es una adivina errante que viaja con su fiel mula como única compañía. Limita su don a los «pequeños presagios»: detalles como si granizará la semana que viene, a qué chico besará la camarera o cuándo parirá la vaca.
Sabe, por experiencia, que los presagios más grandes tienen consecuencias también grandes... Sin embargo, una de esas inofensivas fortunas se convierte en algo más cuando un ladrón (casi) reformado y un exmercenario la reclutan para encontrar a un niño perdido, y pronto se les une un panadero con ganas de aventura y un gato ligeramente mágico.
Así, Tao emprende un nuevo camino, pero a medida que baja sus muros, las sombras de su pasado se ciernen sobre ella y llegará el momento de decidir si merece la pena arriesgarlo todo para conservar la familia que nunca pensó que encontraría.