Un terremoto de poca intensidad sacude California. La agente del FBI Judy Maddox sabe que esta vez no se trata de un fenómeno natural; este es un seísmo provocado, un aviso al gobierno. Los integrantes de una comuna vinícola han ideado un sistema para ocasionar terremotos con el objetivo de que el gobernador de California detenga las obras de construcción de una presa y evitar así que el valle donde viven sea inundado.
Casi sin pistas, con el apremio de un desastre inminente bajo sus pies, la agente federal Maddox emprenderá una agónica carrera para acabar con el peligro que amenaza con destruir todo el estado.
Dos terroríficas historias que confirman a Stephen King como un maestro indiscutido en reflejar esa barrera invisible donde se traspasan los límites de la razón, la moral o el bien para dejar paso al instinto más primitivo, donde el hombre da rienda suelta a las pasiones más inconfesables e inquietantes, pero no por ello menos reales.
«El otoño de
Con estos dos relatos Stephen King accede a los niveles más profundos -y más inquietantes- de la mente humana.
«Esperanza, primavera eterna»: a los veinte años le internaron en prisión, y ahora se encarga de conseguir a los otros internos todo lo que le soliciten, sea lo que sea. También es capaz de concebir el plan más increíble para lograr escapar, aunque tenga que recurrir a la mismísima Rita Hayworth...
En este relató se basó Frank Darabont para su famosa película Cadena perpetua.