La Dinastía Tang gobernó China entre los años 618 y 907. Fue una época de estabilidad política, prosperidad económica y esplendor de la cultura autóctona, apoyada en influencias foráneas. Hubo un fuerte desarrollo institucional, con iniciativas en pensamiento y religión, y creatividad en todas las artes. Fue también una época de eclecticismo y cosmopolitismo; nunca antes China estuvo tan abierta al contacto exterior.
Y en más de tres mil años de poesía en lengua china, ésta es la edad de oro. Cincuenta mil poemas han llegado hasta nosotros, con abundancia de géneros y modelos poéticos. Todos los funcionarios eran poetas dedicados al servicio del estado y, en algún caso, pagaron con el destierro o la muerte su apego incondicional a la justicia. Otros poetas eran ermitaños —taoístas o budistas— amigos de la soledad y la reflexión serena. En muchos casos, fueron funcionarios y anacoretas en momentos diferentes de sus vidas.
«La Europa sentimental, patria de la lentitud, es otro paraíso perdido. Era nuestro último lujo, nuestro último valor. Era vivir la vida. Sin embargo, se compran Bugattis para quemar las etapas de un destino que les parece absurdo. Nada podrá devolvernos el silencio y la lentitud de las cosas.» Publicado por primera vez en 1932, este ensayo de geografía literaria está a medio camino entre un diario de viaje y un diario privado, entre la prosa y la poesía. 'En tierras del Danubio' es el relato de varias estancias durante las cuales De Rougemont descubre parte de la Europa central: Prusia Oriental y sus castillos, Viena, Hungría, el lago de Garda, Tubinga (donde visita la torre de Hölderlin) y Suabia, al suroeste de Stuttgart. Esta edición incluye también su estancia en Nueva York y la vuelta a Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Son páginas de un lirismo admirable, y profusas en intuiciones brillantes que conforman un mapa de los afectos de la nueva Europa central.
La poeta y cineasta iraní Forugh Farrojzad fue una figura muy controvertida en su época. Encarnó el espíritu de rebelión contra una sociedad, la iraní, que detrás de una aparente occidentalización seguía profundamente ligada a los dictámenes religiosos y morales de una rígida cultura patriarcal. Cinco décadas después de su trágica muerte a la edad de 32 años sigue siendo la voz más importante y revolucionaria de la literatura persa. Su obra es el testimonio de una mujer apasionada que vive en un país lleno de contradicciones, el Irán de los años 50 y 60 con el sah y la dolce vita persa, muy distinto a la teocracia que se instauraría después de la revolución islámica de 1979. Sus versos anuncian el nacimiento de una nueva mujer sin tapujos que se enfrenta a los crueles juicios morales y religiosos de la sociedad en la que vive.