Un duro y bellísimo ajuste de cuentas de un hijo con la figura del padre.
¿Qué tienen en común una pintura china de hace 1.300 años, la poesía de Dylan Thomas, las investigaciones etnográficas de Lévi-Strauss, un célebre apunte de los diarios de Kafka y una escena de El fuego fatuo de Louis Malle?
La respuesta está en la habitación donde un hombre agoniza mientras su hijo, el escritor Ricardo Menéndez Salmón, busca en el último paisaje que su padre ha contemplado una revelación que quizá no exista.
No entres dócilmente en esa noche quieta es una ofrenda, una elegía y una expiación. Es también el intento por reconstruir una existencia que camina hacia la madurez, la de quien escribe, a través de una existencia que se agota sin remedio, la de quien le entregó la vida.
Una novela sobre dos almas rotas que se complementan a la perfección y logran unir los pedacitos del otro y aprender que se puede encontrar la fuerza para amar de nuevo.
Segunda entrega de la serie Los Hermanos Montgomery.
Emma acaba de vivir el peor momento de su vida; no solo porque sus padres han acabado en la cárcel acusados de narcotráfico, sino porque su prometido la ha abandonado nada más conocer la noticia. Sin nada más que su orgullo, tendrá que aceptar irse a vivir con su amiga Gwen, que la apoyará en todo, incluso a la hora de conseguir trabajo como secretaria de su cuñado Caleb, a pesar de que Emma carece de experiencia alguna.
Emma y Caleb tendrán una conexión especial que creará entre ambos un vínculo de amistad. Pero el deseo por el otro crece poco a poco hasta que se acaban rindiendo a la evidencia de su amor. Aunque no lo tendrán fácil, ya que el complicado pasado de ambos dificultará la relación y les colocará en situaciones muy peligrosas.
Nunca he creído en el horóscopo. ¿Sabéis por qué? Porque te dice que estás viviendo un periodo favorable, te da tres estrellas en salud, dinero y amor y, sin embargo, tú te sientes como un trapo viejo, tu vida sentimental es un desastre y tu trabajo pende de un hilo.
¡Bienvenidas al club de las desdichadas intergalácticas!
Me llamo Alice y hasta hace unos meses mi autoestima estaba por los suelos. Mi ex estaba a punto de ser padre y por la cadena de televisión en la que trabajo acababa de aparecer un nuevo jefe con una sonrisa imposiblemente sexy y el apodo de «el cortador de cabezas». Lo último que necesitaba.
Entonces a mi vida llego Tio, mi entrenador astrológico personal, para convencerme de que mis problemas no eran debidos a un complot cósmico sino a la posición de los planetas en mi carta astral. Así que lo único que podía hacer era ponerme en sus manos y averiguar qué sorpresas me tenían reservadas las estrellas.
Y os aseguro que lo que descubrí fue mucho más que eso porque, quizá, cuando se trata de amor... el destino no está escrito en el cielo.
Una mujer poco convencional
Cuando la joven Victoria regresa a Madrid después de unos años en Viena, se enfrenta a la encorsetada vida social de las mujeres de la alta burguesía española. La época en que frecuentaba los salones literarios vieneses y cultivaba su afición por la escritura parece haberse quedado atrás, pero ella no está dispuesta a resignarse.
Una pasión por la que alzar la voz
Mientras tanto, en la zona más popular de la capital, Diego trabaja en la imprenta familiar al tiempo que lucha por abrirse un hueco como reportero. Son años efervescentes para el periodismo, en los que los artículos de El Imparcial, El Liberal y La Correspondencia son comentados por todos los madrileños. Será precisamente en uno de estos diarios donde los destinos de Victoria y Diego se crucen por primera vez.
Un homenaje a las primeras periodistas
Tras el éxito de Un destino propio, María Montesinos continúa en Una pasión escrita su trilogía sobre las primeras mujeres que, en los albores del siglo XX, se atrevieron a luchar para poder ejercer su profesión. Inspirada en las historias reales de tantas periodistas obligadas a ocultarse bajo un pseudónimo masculino para conseguir pu blicar, esta novela recrea una época histórica fascinante y nos invita a vivir una emocionante historia de amor.
En una noche sin luna, a principios del siglo VIII, nace en el Reino de Asturias Huma, hija y única heredera de la sacerdotisa del castro de Coaña, marcada por una profecía y una maldición.
Al mismo tiempo, en Recópolis, ocupada por los musulmanes, el joven Ickila sueña con emigrar al norte y unirse a los cristianos en su lucha contra los sarracenos que dominan casi toda la península. Por eso, cuando tras una reyerta se enfrenta al destierro, decide buscar fortuna al otro lado de las montañas, donde el príncipe Alfonso acaudilla un ejército de astures, cántabros y godos empañados en resistir sin someterse ni pagar tributos.
El destino teje sus hilos para unir a Huma e Ickila, al pueblo visigodo con el astur, en dos historias entrelazadas que realmente forman una sola.
Isabel San Sebastián crea en Astur una crónica arrebatadora en la que historia y leyenda transportan al lector al corazón de una epopeya apasionante.
Descubre el hotel más famoso del mundo de la mano de los Wilder, una familia llena de secretos, ambición y poder.
Primer volumen de la gran serie sobre el distinguido hotel Savoy y la familia que lo regenta, ambientada en los años 30.
Londres 1932. Todos conocen el Hotel Savoy, seña de distinción y hogar de la vanguardia artística e intelectual europea. Conocen también a sir Laurence Wilder, el carismático dueño del hotel. Cuando el patriarca de la familia Wilder es víctima de un infarto, se desvela que no es su hijo Henry sino su nieta ilegítima, la jovencísima Violet Mason, quien heredará el hotel. Mientras la salud de su abuelo se torna cada vez más frágil, Violet tendrá que tomar las riendas del hotel familiar en una época extraña y turbulenta al mismo tiempo que está a punto de alcanzar el sueño por el que tanto ha luchado: convertirse en una de las primeras mujeres en escribir para la BBC.
Violet lleva toda la vida deseando ser aceptada por su familia y esta puede ser la ocasión perfecta para conseguirlo, pero parece que alguien no está de acuerdo con la decisión de sir Laurence y no se lo pondrá nada fácil.