Los misterios del deseo femenino. Catherine Millet aborda la vida y obra de D. H. Lawrence.
Los misterios del deseo femenino. Catherine Millet aborda la vida y obra de D. H. Lawrence.
Catherine Millet, autora de la escandalosaLa vida sexual de Catherine M., se adentra en la obra de D. H. Lawrence, autor de las en su día escandalosasMujeres enamoradas yEl amante de Lady Chatterley. ¿Por qué Lawrence? Porque el escritor británico exploró como pocos el tema del deseo femenino, cuestionó la moral de su época y fue un literato transgresor. He aquí el nexo de unión con la autora francesa y el porqué de su interés en él y su obra.
Millet ha dedicado dos años a leer no solo las novelas de Lawrence sino también su poesía, sus relatos y su epistolario. Y ha analizado las varias biografías escritas sobre el personaje y los testimonios de diversas mujeres que estuvieron relacionadas con él. El estudio en profundidad de todo este material le ha servido para abordar la visión de la sexualidad del escritor, su vida como utopista y nómada, sus exploraciones de lo prohibido, su ideario político y las relaciones amorosas que mantuvo a lo largo de su vida.
Considerado uno de los castrati más famosos del siglo XVIII, Farinelli cuenta en primera persona su vida, de la mano de la historiadora y escritora Vega de Martini (1949), a través de un jugoso texto que revela las aventuras del cantante napolitano. Sus estancias en Roma, Viena, Londres, Madrid, Bolonia. La gran amistad con Metastasio, el amor por Teresa Castellini, el estigma de la castración, los desvelos por las óperas, las afinidades y recelos de los artistas cortesanos, el desapego y la familiaridad trazan un panorama en el que resalta la enorme profesionalidad del astro italiano. El ensayo lo completa un epílogo de Bonet Correa, que abrocha con su sabiduría el retrato de Farinelli.
«Parece que un suicidio en la familia constata lo que siempre se sospecha, que la locura corre en los genes, que estamos bíblicamente perdidas».
Hace seis meses que la abuela Carmen se abrió las venas en la bañera, y nadie ha sabido aún por qué. Ahora, sus cuatro nietas vuelven a la casa del pueblo en la que murió y que han heredado.
Lis se está recuperando de una crisis que sufrió allí mismo y solo quiere vender la casa y pasar página. Su hermana Erica sueña con organizar retiros espirituales y paseos botánicos. Olivia, prima de Erica y Lis y la mayor de las nietas, es cardióloga y busca en cada cajón alguna pista que ayude a explicar el final de la abuela. Por su parte, Nora, la hermana desastre, se plantea dejar que su camello utilice la casa como almacén para su mercancía.
Cuatro mujeres jóvenes y un legado común por descifrar: ¿una casa o una maldición que corre en los genes?
No hay delirio más voraz que el deseo. Se alimenta de lo que encuentra, de lo que sabe y no sabe, crece mejor en las sombras, en los santuarios prohibidos, en las distancias insalvables.
S es una escritora que vive en Londres. Ha perdido a un hijo y con él todo lo que la ataba a la vida, incluido su matrimonio. F es abogado y lleva junto a su mujer una vida tranquila en Santiago de Chile. S y F se conocen en Londres y a partir de entonces comienzan a reunirse clandestinamente en remotas ciudades, al tiempo que mantienen una obsesiva comunicación a distancia. Junto a F, ella recobra el impulso erótico y las ganas de sentir, de amar, de asomarse al mundo. Sin embargo, los kilómetros que los separan y el desconocimiento que cada uno tiene de la verdadera vida del otro llevarán a S a enfrentarse a unas circunstancias que ni en sus sueños ni en sus pesadillas hubiese podido imaginar.
Mostrando la sexualidad de los amantes de manera explícita y audaz, Carla Guelfenbein recorre en esta novela las zonas del cuerpo y la mente donde los deseos nacen y se expanden hasta dominarlo todo. Una novela que revela sin tapujos el poder cegador de las ilusiones y de las historias que nos contamos para seguir viviendo.
Una mala racha. Así es como podría llamarse a lo que está viviendo Sookie. Primero, su compañero de trabajo es asesinado y a nadie parece importarle. Luego se encuentra cara a cara con una criatura sobrenatural y casi muere en el ataque. Afortunadamente los vampiros le salvaron la vida, así que cuando le piden que busque a uno de ellos, desaparecido en Dallas, Sookie no lo duda ni un momento: les debe un favor.
Se supone que el trabajo es fácil: debe entrevistar a ciertos humanos involucrados en la desaparición. Solo hay una condición, los vampiros deben prometer comportarse y dejar que los humanos salgan ilesos. Más fácil decirlo que hacerlo. Todo lo que se necesita es un pequeño error para que las cosas se vuelvan mortales...