Martina acaba de llegar a Treviu, un pequeño pueblo de montaña donde ha veraneado toda la vida. Necesita huir de Barcelona y allí, rodeada de recuerdos de su niñez, se siente segura. Una vez instalada, se entera de que alguien ha profanado tres tumbas del cementerio viejo, una de ellas pertenece a una chica de identidad desconocida que falleció hace más de treinta años en el puente del Malpàs y que todo el mundo recuerda como «la chica del vestido azul». Todo indica que se suicidó, pero su muerte siempre ha sido un misterio.
Cuando Martina decide investigar qué le pasó a la chica, pone en marcha, sin saberlo, una serie de acontecimientos que la adentrarán en una peligrosa aventura, en la que se tendrá que enfrentar a alguien dispuesto a hacer todo lo posible para evitar que los secretos del pasado salgan a la luz.
Una rural noir, completamente absorbente, que sumerge al lector en la vida de un pequeño pueblo de montaña, lleno de gente entrañable, pero también de secretos y peligros.
Se reúnen en este volumen Las visiones de Lucrecia (1996), El heredero (2003) y La sima (2009). La primera es el relato de un tiempo tan intolerante como mítico, el Siglo de Oro español, y de una muchacha capaz de alucinaciones terriblemente cercanas a la realidad. La segunda y la tercera transcurren en época cercana: El heredero es una peculiarhistoria del siglo XX español a través de una saga familiar, y La sima, un acercamiento a la confrontación civil y al enfrentamiento cainita como cultura en una realidad, la España actual, donde el pasado, repleto de sombras, gravita sobre un presente que no ha conseguido cerrar las heridas causadas por la Historia.
Tras su exitoso debut con La vida en un minuto, en esta emotiva novela Jose Antonio Lucero nos descubre la valiosa figura de las madrinas de guerra y su olvidado papel en la Guerra Civil.
¿Puede una carta de amor cambiar una vida o detener una guerra?
¿Esperarías esas palabras hasta el final de tus días?
Madrid, 1936. Aurora acaba de cumplir la mayoría de edad y ejerce como enfermera en una ciudad convulsa que resiste al fuego y a las bombas de la guerra. En este clima de violencia, decide contribuir a la esperanza en el frente republicano y comienza a escribirse con un joven soldado, Teófilo, convirtiendose así -como otras muchas mujeres de la epoca- en madrina de guerra.
Han pasado seis meses. David Gurney apenas ha conseguido reincorporarse a una cierta normalidad después de haberse encontrado al borde de la muerte tras resolver el caso más peligroso al que se había enfrentado. Madeleine,su esposa, está preocupada. Gurney ha sido diagnosticado con síndrome de estrés post traumático y nada parece alegrarle.
Días después, el exdetective recibe una llamada. Connie Clarke, la periodista que creó la leyenda de superpoli y lo catapultó a la fama, quiere pedirle ayuda. Su hija Kim está realizando un documental sobre las familias de las víctimas de un asesino en serie al que nunca atraparon, el Buen Pastor, y Connie quisiera que Gurney supervisara sus investigaciones y la guiara. En parte por aburrimiento y en parte por hacerle un favor a Connie, Gurney acepta.
Han pasado cuatro meses desde que David Gurney resolvió el caso del Buen Pastor y las consecuencias han sido terribles: se perdieron vidas y hubo carrerasprofesionales afectadas. Uno de los que más ha sufrido ha sido Jack Hardwick, que violó la normativa por ayudar a Gurney.
Los superiores de Hardwick pensaron que despidiéndole arreglaban todos sus problemas. En realidad, se buscaron un enemigo acérrimo. Ahora, Hardwick se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos empleadores presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas.
Empieza con el caso Spalter, un rico empresario y promotor asesinado en el funeral de su madre. Su infiel esposa Kay fue condenada a cadena perpetua, pero Hardwick está seguro de que a la mujer le hizo la cama un detective corrupto y quiere que Gurney le ayude a probarlo.
Sevilla, ola de calor. Todo el que puede huye a la playa. No así Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios desde el tiroteo que dejó en coma al inspector Arenas. Alguien ha atropellado salvajemente a una mujer y se ha dado a la fuga. Este asesinato se va a transformar en el foco de atención mediática cuando se filtra un dato aún más perturbador: el homicida introdujo un chupete en la boca de la víctima antes de desaparecer de la escena del crimen. Todos los indicios apuntan a la expareja, un maltratador psicológico, y las estadísticas no están de su lado. Sin embargo, cuando la autopsia desvela que la víctima estaba embarazada y los asesinatos comienzan a sucederse, Camino comprenderá que se halla ante el caso más duro de su carrera.