En los años veinte la familia Deveraux es una de las más importantes de San Francisco. En 1929 la boda de la hija, Eleanor, con Alexander Allen, un joven y adinerado banquero, se convierte en uno de los acontecimientos sociales del año. El día más feliz de su vida, la joven luce un vestido exquisito de encaje con perlas bordadas, creación de una firma de alta costura de París. Sin embargo, poco después de las nupcias, Wall Street se desploma y las vidas de Eleanor y Alexander cambian para siempre.
A lo largo de las siguientes décadas, los Deveraux se enfrentan a desafiantes cambios sociales, políticos y económicos. No obstante, el hermoso traje de novia sigue uniendo a la familia. Pasa de Eleanor a su hija Charlotte, y más tarde a Ruby y a Kendall. Una prenda, convertida en reliquia, que se transmite a través de cuatro generaciones de mujeres, cada una con su propia historia que contar.
Un niño, que vive con sus abuelos en la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones, se mantiene atento a todo lo que ocurre en ese pequeño pueblo de la región central de Cuba. Movido por el asombro y la curiosidad, sigue con una mirada cinematográfica situaciones del presente y evocaciones del pasado.
Entre los personajes hay dos, el Ruso y Basilia, que fascinan al niño y trastocan la cotidianidad del lugar. Todo sucede durante los doce meses de 1978. Lo que dejan o se llevan los trenes y la creciente opresión, en un país que está a dos años de la crisis del Mariel, son el telón de fondo.
En Atlántida no hay línea divisoria entre el testimonio y la ficción. Aunque la mayoría de los personajes y los hechos que aparecen en la novela son reales, siempre quedan expuestos a la imaginación del niño. De no ser por eso, pudiera considerarse un libro de memorias.
Esta es una historia de amor, de sueños y de vida. La de Valentina. La chica que no sabía que tenía el mundo a sus pies, la que creció y empezó a pensar en imposibles. La que cazaba estrellas, la que anhelaba más, la que tropezó con él. Con Gabriel. El chico que dibujaba constelaciones, el valiente e idealista, el que confió en las palabras «para siempre», y creó los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo que fueron y los recuerdos que se convertirán en polvo.
En todo jurado hay un líder... y de él dependerá el veredicto.
Celeste Wood culpa a Pynex, una de las tabacaleras más importantes del país, de haber provocado el cáncer de pulmón que llevó a su marido a la tumba y está dispuesta a llegar hasta el final. Han pasado cuatro años desde que enviudó y ahora, al fin, ha llegado el momento de que se haga justicia. En la pequeña comunidad de Biloxi, Mississippi, tendrá lugar el juicio más mediático que se haya visto jamás. Millones de dólares están en juego. Celeste cuenta con un prestigioso abogado conocido por su entrega y audacia, pero Pynex mantiene la calma, pues dispone de un fondo, una cuenta secreta con millones de dólares que comparte con otras tabacaleras y que está destinado a hacer frente a situaciones como esta.
Un nuevo personaje entra en escena. Le conocen como el jurado número dos, pero tiene un nombre y un pasado y ha planeado cada uno de sus movimientos. Mientras el futuro de Pynex cuelga de un hilo, la viuda afligida espera un veredicto y los abogados de ambas partes están enzarzados en el juicio más importante de sus carreras, la verdad acerca del jurado número dos está a punto de salir a la luz con una sorprendente revelación de una trama de avaricia y corrupción... La misma Justicia está en entredicho.
Un viejo multimillonario moribundo desea evitar a toda costa que sus hijos, quienes jamás se han preocupado por él, hereden su fortuna. Frustrando los codiciosos intereses de su familia, redacta un testamento que no dejará indiferente a nadie.
Troy Phelan, un viejo multimillonario con un cáncer terminal, se encierra en su lujoso despacho para escribir su último testamento. Está furioso con sus hijos y con sus ex esposas, que llevan tiempo esperando con paciencia carroñera que el tumor del tamaño de una pelota de golf que crece en un rincón de su cerebro acabe con su vida y puedan, al fin, heredar su fortuna. Lo que no imaginan es que él se ha guardado un último as en la manga. No permitirá que el cáncer se lleve su último aliento. Ha determinado cómo y cuándo dejará este mundo: saltará por la ventana de su ático y les dejará pasmados. La lástima es que no podrá ver sus caras cuando descubran el testamento, según el cual lo lega todo a Rachel Lane, una hija ilegítima de la que nadie sabe nada.
Mientras en Washington la familia Phelan emprende una encarnizada lucha para recuperar lo que cree que es suyo, Nate O'Riley, un abogado litigante y un alcohólico rehabilitado, tiene la misión de encontrar a Rachel... Una labor que no resultará nada fácil, pues esta misteriosa mujer es misionera en una aldea perdida en la jungla de Brasil.
Un visión humana sobre el exilio y la dictadura en la que, curiosamente, no llegamos a perder la esperanza.
Primavera con una esquina rota es un testimonio directo y dolorido que trata de una sociedad escindida, fracturada por la represión y el autoritarismo, e intenta ser un puente entre dos regiones -el Uruguay bajo la dictadura y el Uruguay del exilio- que constituyen un solo y lacerado país.
Más allá de los acontecimientos políticos, la novela se centra en la profunda conmoción que estos provocan en las relaciones humanas de los individuos que los sufren.
Como en el resto de su obra, Mario Benedetti combina aquí ternura, denuncia, pasión, amor e Historia para transmitir al lector un mensaje de esperanza: la primavera, aunque mutilada, relevará por fin a un invierno que se anunciaba inacabable.