Estos poemas están escritos entre los años 2014 y 2022, en tres golpes de escritura que se extendieron a lo largo de uno o dos meses en cada caso. Quizá pueda parecer poca producción para ese intervalo de tiempo, pero como Aroa Moreno dice en el prólogo, «nunca he forzado a la poesía». Son treinta y dos poemas que tienden la mano al lector, y dan cuenta de fragmentos de la vida de una mujer que ya ha cumplido con alegría cuarenta y dos años.
Se trata de poemas que mantienen un diálogo con algunas ideas que alguna vez la autora se susurró a sí misma, que atraviesan su biografía y son un intento por sostener todo el torrente emocional por el que pasaba, y que encontró buen cauce a través de estos versos. No responden a las cuestiones que solemos considerar más importantes, tampoco pretenden ser un dogma ni un compendio, no están hechos ni de la felicidad más grande ni de los días más limpios, pero sí de aquellos momentos en los que la autora perdió el mundo de vista.
Florencia, 1510. En el lecho de muerte, el gran maestro Sandro Botticelli le pide a su confesor que entregue un mensaje y un cuadro inédito al hijo de su musa, la hermosa Simonetta Vespucci. Pero el sacerdote no cumplirá su promesa y el lienzo jamás llegará a su destino.
Barcelona, 2023. Carla, una joven licenciada en Bellas Artes que trabaja como restauradora, recibe una propuesta para ser subcomisaria en una exposición sobre Botticelli en la galería de los Uffizi. Después de sufrir un desengaño amoroso decide marcharse a Florencia, la tierra de su abuela materna, donde conocerá a un venerable conde italiano y terminará envuelta en la búsqueda del cuadro perdido. La aventura la llevará a descubrir su verdadera esencia y un secreto que ha permanecido oculto durante siglos.
La madre de nadie teje entre palabras la antropología simbólica de un vínculo universal: el de las madres con sus hijas. La mujer que todavía no es madre, la que quizá lo será, la que puede que no lo sea nunca, la madre perdida y la evocada, la madre amada…, todas ellas se reúnen en este itinerario sentimental que hilvanará una historia femenina en clave poética.
Si en palabras Adrienne Rich, la poesía es el lugar donde vivir sin ser la madre de nadie, donde existir como una misma, lo poético ofrece también un espacio propicio para dar voz a distintas mujeres (la abuela, la niña, la madre), todas ellas criaturas arácnidas que entretejen sus cuerpos a otros cuerpos. El lector hallará en esta obra cantos nupciales, poesía de tono epistolar, intuiciones metapoéticas o evocaciones de la casa familiar como auténtica Ítaca.
Todo ello mecido por los ciclos astronómicos, por el valor metafórico del solsticio y el equinoccio. La madre de nadie es un libro-cuerpo, libro-cordón umbilical en el que las mujeres trenzan su historia con el hilo de Ariadna. Un libro-homenaje a las madres, las hilanderas del mundo.
Principios del siglo XX. El mundo está dominado por hombres y el ámbito artístico en Estocolmo no es una excepción. Hilma af Klint, cansada de no encontrar un espacio para desarrollarse, convoca cada viernes por la noche a un enigmático grupo de artistas —Anna, Cornelia, Sigrid y Mathilda— para crear su propia red de apoyo emocional y artístico. Las Cinco, como se hacen llamar, se internan en un territorio desconocido cuando Hilma y Anna incursionan en el ocultismo, esperando que a través de sesiones espiritistas puedan canalizar espíritus que las ayuden a expandir su potencial como pintoras.
Más de un siglo después en Nueva York, el curador del Museo Guggenheim, Eben Elliot, exhibe la obra de Hilma af Klint y con ello revela secretos sobre Las Cinco y el oscuro y cuestionable financiamiento del arte moderno. Una apasionante novela que explora el destino, la pasión y los hilos que conectaron a cinco mujeres mientras desafiaban las tradiciones artísticas y sociales de su época.
Dicen que en la cafetería Funikuri Funikura hay una mesa en la que puedes sentarte, pedir un café y viajar al pasado durante el tiempo que tarda este en enfriarse.
Bajo la atenta mirada de la encantadora camarera Kazu, los clientes del café se enfrentarán a los momentos más importantes de sus vidas y descubrirán que la felicidad consiste en saber perdonarse a uno mismo.
Con un tono delicado y una cuidada atmósfera, Kawaguchi nos relata cuatro historias de redención y esperanza llenas de personajes inolvidables, tiernos, contradictorios y sorprendentes que ya habitan en el corazón de multitud de lectores.
Desde niño, Sabino, conocido como Sardi por sus amigos, ha luchado por ser quien quiere ser. Su carrera como modelo de pasarela para colecciones femeninas no le ha facilitado la vida. Ser un hombre heterosexual en un mundo donde su belleza y feminidad confunden o intimidan a las mujeres complica su búsqueda del amor.
Sinaí, por su parte, lleva tantos años herida que ya ni siquiera se da cuenta de que lo está. Es agresiva, visceral e impredecible. Hay un fuego en su interior que la consume y que solo consigue sofocar con peleas o con sexo impetuoso, salvaje y variado. No es de las que repiten amante. Le gustan los hombres rudos, moteros como ella, con pinta de malotes y alérgicos al amor.