A Esther le molesta todo de Jonathan, su vecino: su gorro hípster, sus opiniones de cine y, sobre todo, sus constantes excusas para hablar con ella.
Pero pronto se da cuenta de que Jonathan es justo lo que necesita... para sanar el corazón roto de su mejor amiga. Como él necesita ayuda para escribir un guion y ella es la nerd perfecta para el trabajo, hacen un trato: él sale con su amiga, y ella lo ayuda con su proyecto.
Mientras pasan más tiempo juntos, el odio se convierte en atracción y, de repente, Jonathan pone patas arriba la organizada vida de Esther.
Ser el hijo del sanguinario rey de Picas nunca ha sido fácil, y eso el príncipe Edmund lo sabe muy bien. Tras ser exiliado de su propio reino, su amigo Ben, heredero al trono de Corazones, le ofrece refugio en su corte. Allí Edmund descubrirá un mundo de bailes, lujos y riquezas. Pero Thyra, una bruja de Tréboles, vendrá a alterar la paz que creía haber conseguido…
Edmund ha crecido odiando la magia, por lo que, cuando Thyra empieza a estar cada vez más presente en la vida de Ben, la relación entre los tres se tambaleará a la vez que el destino de Maravillas.
En 1917, Yeats (1865-1939) compró una fortaleza normanda a pocos kilómetros de Galway. La convirtió en su residencia de verano e hizo de ella un símbolo, un monumento del alma a su propio esplendor al que le dedicó La torre (1928), el primer libro de poemas que escribió tras recibir el Premio Nobel en 1923. La torre es un otero desde el que contemplar, reflexionar y cantar con ironía y lucidez sobre un paisaje que es a la vez simbólico y real, interior y exterior, y, sobre todo, donde el pasado tiene el mismo peso que el futuro y donde el presente llegaba a llamar con la culata de un fusil a la misma puerta de la fortaleza: tras el estallido de la Primera Guerra Mundial se produjeron el Alzamiento de Pascua y la guerra civil irlandesa que daría lugar al Estado Libre de Irlanda, del que el poeta llegó a ser senador.
Estos poemas están escritos entre los años 2014 y 2022, en tres golpes de escritura que se extendieron a lo largo de uno o dos meses en cada caso. Quizá pueda parecer poca producción para ese intervalo de tiempo, pero como Aroa Moreno dice en el prólogo, «nunca he forzado a la poesía». Son treinta y dos poemas que tienden la mano al lector, y dan cuenta de fragmentos de la vida de una mujer que ya ha cumplido con alegría cuarenta y dos años.
Se trata de poemas que mantienen un diálogo con algunas ideas que alguna vez la autora se susurró a sí misma, que atraviesan su biografía y son un intento por sostener todo el torrente emocional por el que pasaba, y que encontró buen cauce a través de estos versos. No responden a las cuestiones que solemos considerar más importantes, tampoco pretenden ser un dogma ni un compendio, no están hechos ni de la felicidad más grande ni de los días más limpios, pero sí de aquellos momentos en los que la autora perdió el mundo de vista.
Sola y acuciada por deudas ajenas, Sira se traslada a Tetuán, la capital del Protectorado español en Marruecos. Con argucias inconfesables y ayudada por amistades de reputación dudosa, forja una nueva identidad y logra poner en marcha un selecto atelier en el que atiende a clientas de orígenes remotos y presentes insospechados.
A partir de entonces, el destino de la protagonista queda ligado a un puñado de personajes históricos quienes la empujarán hacia un arriesgado compromiso en el que las telas, las puntadas y los patrones de su oficio se convertirán en la fachada visible de algo mucho más turbio y peligroso.
Publicada en 1947, Si esto es un hombre surgió en la imaginación de su autor durante los días de horror en Auschwitz. Los campos de concentración y exterminio, más que resguardados por las alambradas y los guardias, lo estuvieron por su propia monstruosidad, que los hacía inconcebibles. Es la sobriedad del testimonio de Primo Levi, una víctima que no grita pero que arranca el grito de la garganta de su lector, lo que devuelve al horror su realidad y lo hace inteligible como una siniestra señal de peligro.