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EL ALIENTO DE LAS LLAMAS

«Encuentra a Jimena. La nada, aquí». Madrid, 1889. Largas lenguas de fuego desdibujan la solidez arquitectónica del Gran Hotel Inglés. Entre la muchedumbre, el humo, los escombros y el caos, Elvira Pardo Losada detiene la camilla sobre la que los bomberos trasladan a uno de los heridos. Se trata de Leonardo, su gran amigo, cómplice de sus verdaderos impulsos por la escritura. La mujer se acerca asustada para escuchar lo que su amigo le intenta decir. Malherido, acierta a esbozar unas palabras y le encomienda la que puede ser su última voluntad. Contrariada y herida, víctima de una traición doble, decide viajar al pazo de Mariñán, en Galicia, para cumplir su promesa, encontrar a Jimena, y aprovechar la distancia para escribir. Sin embargo, una vez allí, el misterio no será solo dilucidar el paradero de la joven, sino que todos guardan secretos en un lugar donde la nada parece ser la única realidad palpable.
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EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO

NADIE ANTES QUE MANUEL VILAS HA EXPLORADO LA VULNERABILIDAD DE UN ESCRITOR COMO LO HACE ÉL AQUÍ. Su nueva novela, de clara inspiración autobiográfica, narra la historia vital de un escritor que se levanta todas las mañanas, desayuna y se va a trabajar a su oficina particular para crear el que espera que sea el mejor libro del mundo. En esta divertida, irreverente y locuaz historia, Vilas rompe el famoso techo de cristal para contar a todo el mundo quién y qué es un escritor desde un lugar distinto, en el que nunca ha sido expuesto, desde su fragilidad: el síndrome del impostor, la constante -y cómica- comparación con los demás, las decepciones, la incertidumbre, convivir con la alegría y el fracaso y así hasta sus últimos días. Una mirada única, ocurrente y muy real sobre cómo un escritor lucha día tras día por ser apreciado, sentirse querido y pasar a la posteridad. Pero siempre desde la comedia.
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TARANTULA

Regresa el mejor Halfon con una extraordinaria novela que bucea en su infancia en la Guatemala compleja y violenta del conflicto armado. A finales de 1984, dos jóvenes hermanos guatemaltecos, exiliados desde hace años en Estados Unidos, vuelven a Guatemala para participar en un campamento de niños judíos en un bosque perdido de las montañas del altiplano. Poco saben de su país natal, y ya apenas hablan español. Sus padres les han insistido en que irían a pasar unos días en el campamento para aprender no sólo formas de supervivencia en la naturaleza, sino también formas de supervivencia en la naturaleza para niños judíos. Que no es lo mismo, les han dicho. Pero una mañana, los niños descubren que el campamento ha sido transformado en algo mucho más siniestro: ahora cada uno tendrá que encontrar su propia forma de sobrevivir. En este libro, el autor regresa a un acontecimiento de su infancia en la Guatemala compleja y violenta de los años ochenta, cuyos motivos y ramificaciones sólo se empezarán a dilucidar unas décadas después, durante reencuentros fortuitos en París y en Berlín con algunos de sus enigmáticos protagonistas. Una nueva pieza de la novela en marcha que es la obra de Eduardo Halfon, uno de los proyectos literarios más relevantes del panorama actual.
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EL ALBERGUE DE LAS MUJERES (60.ANIV.)

Floreana, historiadora joven, más bien retraída, llega a un albergue sui generis en la isla de Chiloé. Allí, en medio de los paisajes del sur profundo chileno, acuden mujeres diversas para curar las heridas de un dolor común: el desamor de los hombres. Si bien la incapacidad afectiva masculina parece ser, para ellas, la clave del desencuentro, la autora da voz -por primera vez- a un punto de vista masculino: el médico del pueblo, un santiaguino autoexiliado en la isla, que arrastra sus propias heridas. Ambivalentes, reprimidos en el sexo, vacilantes en el compromiso amoroso, los hombres sienten miedo frente a la autonomía que las mujeres han ganado. Mientras tanto, en ellas crece la insatisfacción, el «mal femenino» de este fin de siglo.
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MEMORY LANE

«Cuando regresé a Francia, tras una ausencia de diez años, me informé a través de las pocas personas susceptibles de darme noticias de los miembros del grupo. No fueron noticias muy buenas, y me hicieron comprender aún mejor que el tiempo había pasado. Yo, que tan a menudo observaba el envejecimiento ajeno, tuve que acostumbrarme, a mi vez, a la idea de que mi juventud tocaba a su fin.» En la época en que tenía veinte años, el narrador conoció a varias personas con las que compartió complicidades y confidencias. Visitó con ellas lugares que en algunos casos ya no existen: un restaurante en el que comían hombres solitarios, un bar que regentaba una martiniquesa, ciertas calles de París, una casa en la Costa Azul… Era aquel un mundo elegante y sofisticado, de sastrerías, partidas de bridge, olor de pinares y noches interminables… Pero en el que, bajo el refulgente esplendor, también había recodos sombríos. Un mundo contenido en el estribillo de una canción titulada «Memory Lane».
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AGATHA RAISIN Y EL PELUQUERO MALVADO (8)

Mientras una ola de calor azota la campiña inglesa, Agatha Raisin intenta combatir el sopor veraniego preparando tés para sus vecinas de Carsely, pero lo cierto es que, en ausencia de su deseado James Lacey, que ha abandonado el pueblo sin despedirse, y del joven policía Bill Wong, que está de vacaciones y no se ha molestado en llamarla, y sin la perspectiva de una cita con sir Charles Fraith, se muere de aburrimiento. Entonces, como suele suceder en esos casos, toma una decisión que, si Agatha no fuera Agatha, sin duda lamentaría: se mira al espejo y se descubre envejecida y desaliñada. Incluso unas cuantas canas han aparecido en su melena castaña, tupida y lustrosa. Profundamente contrariada, se aplica un baño de color que le deja el pelo de un llamativo color violeta. Luego, decidida a reparar ese terrible desaguisado por la vía rápida, acude a Evesham, cerca de Carsely, donde le han dicho que hay un peluquero excelente, el señor John Shawpart, con fama de mago de los tintes. Muy pronto quedará claro que éste ,además de habilidoso con la tijera, es muy atractivo y seductor, y no sólo tiene planes para su cabellera sino también para su corazón. Sin embargo, ese futuro común se trunca cuando el señor John muere envenenado en su propia peluquería. A partir de ese momento, con la ayuda de sir Charles Fraith, Agatha tendrá que sumergirse en la vida de las mujeres que frecuentaban el salón: ¿quién podría guardar rencor al apuesto peluquero, adorado por un sinfín de clientas que le confiaban todos sus secretos?
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