Nunca había publicado Eloy Sánchez Rosillo un libro sobre la poesía ni sobre su poesía. Por eso creemos que este volumen será de sumo interés para los seguidores de la extraordinaria obra del autor. En él ha recogido sus escritos de poética, junto a una muestra de poemas cuyo tema es la poesía misma y una selección de entrevistas centradas en ella. El conjunto ofrece un amplio y variado fresco del pensamiento poético de Eloy Sánchez Rosillo, que ayudará a lectores y estudiosos a acercarse a su obra conducidos por el propio poeta y a adentrarse en unos textos limpios y clarificadores, ajenos a planteamientos intrincados y embrollados intelectualismos.
Jordi Recasens es un fotógrafo oriundo de Figueres en plena crisis de madurez. Su matrimonio está acabado, malvive en el garaje de su casa adosada y su esposa se comporta como una adolescente. Cuando Marta, su hija de veinte años, se casa con Bad Boy, un pelao orgulloso de conducir una minirretroexcavadora, Jordi decide revisitar los últimos treinta años de su vida sin revanchismo ni nostalgia, movido únicamente por el afán de comprender. Resurge así un pasado que incluye un castillo, un juego, una muerte, un Ampurdán que no es de postal y la decepción de crecer y descubrir un abismo entre lo que uno quería ser y lo que ha acabado siendo.
Los jugadores de whist, la novela más emblemática de Vicenç Pagès Jordà –autor clave de la literatura catalana contemporánea– es una obra fragmentaria que empieza como Stand by me, prosigue como El padre de la novia y culmina en una mezcla de American Beauty y Mystic River. Bienvenidos a la partida
Las ciudades invisibles se presentan como una serie de relatos de viaje que Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros… A este emperador melancólico, que ha comprendido que su ilimitado poder poco cuenta en un mundo que marcha hacia la ruina, un viajero imaginario le habla de ciudades imposibles; por ejemplo, una ciudad microscópica que va ensanchándose y termina formada por muchas ciudades concéntricas en expansión, una ciudad telaraña suspendida sobre un abismo, o una ciudad bidimensional como Moriana… Creo que lo que el libro evoca no es solo una idea atemporal de la ciudad, sino que desarrolla, de manera unas veces implícita y otras explícita, una discusión sobre la ciudad moderna.
Publicada en 1908, Una habitación con vistas es una de las novelas más deliciosas y entrañables de E. M. Forster. Situada entre una Florencia todavía virgen del azote del turismo pero integrada en el grand tour de los viajeros europeos y la rígida Inglaterra victoriana, la novela desarrolla una historia de amor y sentimientos encontrados en cuyo transcurso Lucy Honeychurch, joven perteneciente a la buena sociedad inglesa, intenta abrir camino a su personalidad superando el obstáculo de las convenciones sociales. En estas páginas llenas de ironía y sutil humor que llevó al cine en su día James Ivory, Forster despliega una variada y atractiva galería de personajes y de sugerentes contrastes que hacen de ella una obra inolvidable.
Una mujer que espera a que la atiendan en una pastelería desvela, conversando con otra clienta, su tragedia: va a comprar dos tartitas de fresas con nata para celebrar el cumpleaños de su hijo, un niño que, sin embargo, murió años atrás. Con este relato arranca este volumen compuesto por once cuentos entrelazados: en cada uno de ellos, un detalle a veces ínfimo evoca el relato anterior, anuncia el siguiente o cambia completamente la perspectiva, hasta formar una espiral vertiginosa. Los protagonistas no tienen, aparentemente, nada en común: dos alumnos de instituto, una novelista y su extraña casera, un joven que viaja al entierro de su madre adoptiva, dos trabajadoras de hospital, una cantante que encarga un bolso, una joven que trata de descubrir la infidelidad de su marido o una insistente mujer empeñada en seguir a un periodista que redacta un reportaje sobre un hotel de lujo.
In this entertaining young readers edition of the environmental studies classic, Michael Pollan demonstrates how people and domesticated plants have formed a reciprocal relationship. He links four fundamental human desires—sweetness, beauty, energy, and control—with the plants that satisfy them: the apple, the tulip, coffee, and the potato. In telling the stories of four familiar species, Pollan illustrates how the plants have evolved to satisfy humankind’s most basic yearnings. And just as we’ve benefited from these plants, we have also helped them to thrive.