Tom Bombadil es bajito y de rostro rubicundo, alegre y despreocupado, de buen corazón pero indiferente hacia los problemas del mundo exterior.
Es señor del Bosque Viejo, donde tiene un poder absoluto. Este espléndido y divertido poema nos ofrece acompañarle en sus aventuras y descubrir
una nueva vertiente del talento del maestro de la fantasía de todos los tiempos.
Considerada una de las escritoras más visionarias y canónicas, y alabada como «la mejor narradora de nuestra era», Margaret Atwood regresa al terreno de la ficción con Perdidas en el bosque, una colección de quince historias en las que la mítica autora de El cuento de la criada aborda -con su acostumbrado ingenio, mordacidad, imaginación y talento para subvertir el orden establecido- las relaciones familiares, el matrimonio, la pérdida y el significado de vivir en pareja.
Teñidos de una fuerte intensidad nostálgica, todos los relatos nos ofrecen una visión sincera, apasionante e inequívocamente autobiográfica de las minucias de la vida. Desde los protagonizados por el matrimonio formado por Tig y Nell, que forman una novela mosaico, hasta «Morte de Smudgie», sobre la muerte de un gato, pasando por «Mi maléfica madre», que sigue una relación entre madre e hija a través de los años y muestra cómo y por qué muchas personas acaban siendo como sus padres, «La entrevista post mortem», que contiene una improbable conversación entre la autora y su admirado George Orwell, con quien se encuentra a través de una médium en trance o «Muerte a golpe de concha», en la que Hipatia de Alejandría cuenta su propia ejecución.
¿Cómo contar la historia de uno mismo? Y, en ese ejercicio, ¿hasta qué punto se construye o se reconstruye la identidad? En este libro autobiográfico, Piedad Bonnett parte de sus vivencias para reflexionar sobre los factores que definen nuestra cotidianidad. Nos habla, con sensibilidad y lucidez, de aquello que determina la experiencia de las mujeres —la educación, el matrimonio, la maternidad, los tabúes asociados al cuerpo y la violencia de género— y también de la ansiedad, el miedo, la rebeldía, las ansias de libertad y las obsesiones que impulsan el proceso de la escritura.
Con una prosa poética y contundente, atravesada por humor e ironía, la autora aborda las diferentes épocas que ha presenciado, en las que podemos vislumbrar las muchas mujeres que ha sido. Su camino de reconocimiento está siempre inconcluso, pues, al igual que ella, todos «somos inaprehensibles. Somos rectificables, como cuando queremos que la palabra dé cuenta de nosotros. No hay relato que diga quiénes somos».
La primera novela de Sebastian Walker guarda extrañas similitudes con el hallazgo de dos cadáveres pertenecientes a unos niños desaparecidos hace décadas en Massachusetts. Su agente literario pretende aprovechar la noticia para promocionar sus libros, pero el escritor se opone por temor a lo que podría suceder.
Irene Roberts, una entusiasta periodista cultural, será la primera en comprender que realidad y ficción se entremezclan de forma sorprendente en la obra de Walker. ¿Se inspiró en ese caso para construir su historia? ¿Es posible que él tenga la clave del crimen? ¿Podría ser el asesino?
En abril de 1912, la adinerada viuda de Peñasco tuvo un mal presentimiento mientras almorzaba en su palacete de Madrid. Algo les había pasado a su único hijo y su nuera, a quienes en ese momento creía en París, disfrutando de su luna de miel. La dama no se equivocaba: a pesar de las advertencias que les había hecho, los recién casados se habían embarcado en el que se creía el barco más seguro del mundo y sin duda era el más lujoso: El Titanic. Pocos días después las funestas nuevas llegaron a la mansión de la viuda: su hijo había perecido y su nuera estaba sana y salva, pero rota de dolor en Nueva York.
Dos bebés son abandonados en un orfanato de Montreal en el invierno de 1914. Pronto, sus talentos emergen: Pierrot es un prodigio del piano; Rose ilumina hasta la habitación más triste con su baile y su comedia. Mientras viajan por la ciudad para actuar frente a familias acomodadas, los niños se enamoran e idean el espectáculo más extraordinario y seductor que el mundo haya visto.
Al llegar a la adolescencia y con la irrupción de la Gran Depresión, Rose y Pierrot son separados y enviados a trabajar como sirvientes. Sin saber nada el uno del otro, ambos se ven forzados a descender al inframundo para sobrevivir. Hasta el esperado día en que vuelven a encontrarse y sus sueños de infancia cobran vida de nuevo.