Hay un centro para mayores llamado Hotel Abuel. Lo frecuentan seis abuels que se juntan para pasar el rato, repiten frases e historias todo el tiempo y no se acuerdan de lo que comieron el día anterior (un kebab, por ejemplo). A pesar de tener más de sesenta y cinco años, adoptan costumbres millennials y Gen Z: hacen streams, se montan películas en su cabeza, tienen su punto gamer, adoran el chisme y, sobre todo, a pesar de su irrefrenable melancolía, desean gustar a los demás.
Una habitación propia.
Texto señero del feminismo del siglo XX, basado en dos conferencias impartidas por Virginia Woolf en Cambridge, Una habitación propia indaga con singular ironía y talento narrativo en los graves efectos que tuvo la discriminación de género en la creatividad de las mujeres a lo largo de la historia, al tiempo que propone un camino liberador a través de la independencia económica: para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un espacio propio.
La señora Dalloway.
La señora Dalloway relata un día en la vida londinense de Clarissa, una dama de alta alcurnia casada con un diputado conservador y madre de una adolescente.
La historia comienza una soleada mañana de 1923 y termina esa misma noche, cuando empiezan a retirarse los invitados de una fiesta que se celebra en la mansión de los Dalloway. Aunque en el curso del día acaece un hecho trágico -el suicidio de un joven que volvió de la guerra psíquicamente perturbado-, lo esencial de la obra estriba en que los sucesos están narrados desde la mente de los personajes, con un lenguaje capaz de dibujar los meandros y ritmos escurridizos de la conciencia y de expresar la condición de la mujer de un modo a la vez íntimo y objetivo.
Comienza el verano en Arcachon, una pequeña ciudad de provincias francesa, y Simone Leblanc se propone reabrir el taller de costura fundado por su abuela. Impulsada por la fuerza de su creatividad, y con ayuda de Teresa, su ama de llaves y confidente, trabajan en la remodelación y al inicio de la temporada sus diseños ya están expuestos en el escaparate y el taller vuelve a llenarse de clientes.
Pero Simone aspira a más: se libera del corsé, aligera los vestidos, prefiere el lino y el algodón a la seda, experimenta con los trajes de baño, creando patrones simples con géneros rompedores para su época. Hasta que una veraneante parisina, quien se presenta como Gabrielle Chanel, irrumpe en la tienda y, con su gran ojo para reconocer el talento ajeno, le propone trabajar juntas. Así comienza una colaboración que revolucionará la indumentaria femenina y sentará las bases de la nueva elegancia, llevándolas de un balneario de la costa atlántica al París de la Primera Guerra Mundial, y de la Cuba de los años treinta a la Francia ocupada por los nazis, y se desarrolla una sinuosa y compleja amistad con inesperado desenlace. Wendy Guerra combina realidad y ficción, su talento literario y su pasión por la moda para entretejer el destino de estas mujeres que no dudarán en arriesgarlo todo por cumplir sus sueños.
Hasta ahora, Yeonghye ha sido la esposa diligente y discreta que su marido siempre ha deseado. Sin ningún atractivo especial ni ningún defecto en particular, cumple los requisitos necesarios para que su matrimonio funcione sin sobresaltos. Todo cambia cuando unas pesadillas brutales y sanguinarias empiezan a despertarla por las noches, y siente la imperiosa necesidad de deshacerse de toda la carne del frigorífico. A partir de ese momento, Yeonghye impondrá en casa una dieta exclusivamente vegetariana que su marido aceptará entre atónito y molesto. Este será un primer acto subversivo seguido de muchos otros que la llevarán a la búsqueda de una existencia más pura y despojada, más cercana a la vida vegetal, un lugar donde el poder erótico y floral de su cuerpo romperá las estrictas costumbres de una sociedad patriarcal y ultracapitalista.
La noche en que encontró a la Perra, la Humana estaba drogada. Por eso dejó que la siguiera a casa. Ahora convive con un animal que se va llenando de toda la energía que a ella le falta, y al que de pronto le viene un celo incontrolable. La Humana tiene treintaidós años, pero ya no desea. Está en la vida, pero no la ejerce. Llegó a la ciudad hace poco, huyendo de sus días en el campo con un novio que tenía. Sufre extraños síntomas, temblores, moratones que aparecen solos. Un día se agacha a atarse los cordones de los zapatos y descubre que no puede. La Humana teme una maldición que avanza. Para que el psiquiatra acceda a recetarle más ansiolíticos tendrá que asistir a una terapia de grupo. Allí conocerá a Mecha, una mujer fascinante que se convierte, junto con la Perra, en un animal difícil de salvar.
El celo es una historia sobre domesticación, maldiciones, la animalidad del deseo, el miedo como herencia y el poder de los cuentos. Poltergeists, perros enloquecidos y una historia familiar que se construye a mordiscos y silencios.
Después de una sangrienta batalla contra sus enemigos, Paige Mahoney se ha elevado a la peligrosa posición de Subseñora, gobernando así sobre la población criminal de Londres.
Sin embargo, después de haberle dado la espalda a Jaxon Hall, y con otros enemigos vengativos aún sueltos, la tarea de estabilizar el inframundo nunca había parecido tan desafiante.
Poco sabe Paige que su reinado puede verse interrumpido por la introducción de Senshield, una tecnología mortal que será la perdición para la comunidad clarividente y para el mundo tal y como lo conocen.