Este es un libro sobre el ayer perdido vuelto a recuperar con las palabras. La nostalgia de la patria lejana divisada en las brumas de la memoria. Los pasos extranjeros del muchacho nicaragüense que escribe, ensayando su destierro desde niño. Y los pasos perdidos de los exiliados en las calles y plazas ajenas, cargando con su miseria y sus penas. Nómadas, inmigrantes ilegales. Nadies. Expatriados, desterrados, la garra de la lejanía clavada en el corazón. La lenta prisa del que camina en dirección opuesta. La búsqueda sin fin de la identidad perdida, las huellas dactilares borradas de las manos de la madre por la lejía. La carga de los recuerdos que no alivia sino la escritura cuando se toca fondo. ¿Cómo nombrar lo que no tiene nombre? De esta manera, con la poesía, tocando fondo.
«En el siglo XX, en Europa», dice el narrador, «no queda lugar para tierras misteriosas ni anacrónicas aventuras robinsonianas…» Pero un joven seminarista, excelente traductor del griego y del latín, y absoluto ignorante de los códigos del mundo, se ve compelido a protagonizar una extraña peripecia…En El año de Gracia se reúnen muchos de los elementos de la novela clásica del género ―tempestades, naufragios, una isla desierta e, incluso, un especialísimo y ocurrente salvaje…― pasados por el tamiz peculiar al mundo onírico de la autora.
Maggie Cassidy (escrita en 1953 y publicada en 1959) es el tercer volumen del magno ciclo La leyenda de Duluoz. En ella, el joven Jack Duluoz, de dieciséis años, conoce a una chica en el baile de Nochevieja de 1939, coquetean, vuelven a verse, se dan celos, son víctimas de murmuraciones, se pelean, se reconcilian y se enfrentan a las primeras decisiones de la vida adulta.
Es la historia del primer amor del protagonista, un amor adolescente que engloba otros despertares: al mundo exterior, la sexualidad, la espiritualidad, los estudios, el trabajo, la vocación.
En medio de la noche, alguien llama por teléfono a Daniel Quinn, un escritor de novelas policíacas que firma bajo pseudónimo y que, descorazonado, ha renunciado a su carrera como poeta. La voz al otro lado de la línea pregunta insistentemente por un investigador, un tal Paul Auster, y quiere encomendarle una misión. Como si se tratara del protagonista de una de sus novelas,Quinn decide dejarse llevar por la casualidad, y asumir la identidad de detective, como si te tratara del protagonista de una de sus novelas.Las pesquisas le llevarán hasta Stillman, un curioso personaje que requiere protección para salvar su propia vida. Para ello el detective se perderá en el laberinto de la realidad y de las calles de Nueva York.Con Ciudad de cristal, la inauguración de La trilogía de Nueva York, Paul Auster reinventó el género policiaco con una aventura quijotesca y un diálogo sobre la identidad y la realidad contemporáneos.
Una brillante y devastadora novela sobre las múltiples realidades que habitamos mientras las guerras se extienden a nuestro alrededor
August Brill tiene setenta y dos años y se está recuperando en la casa de su hija, en Vermont, tras sufrir un accidente de coche. No puede dormir y, acostado sobre la cama en la negrura de la noche, inventa historias para rehuir acontecimientos del pasado que preferiría olvidar, como la reciente muerte de su esposa y el horroroso asesinato del novio de su nieta, Titus. En una de esas historias, el jubilado crítico de libros imagina un mundo paralelo en el que Estados Unidos no está en guerra con Irak sino contra ellos mismos. En esta otra América, las torres gemelas no cayeron, los resultados de las elecciones del 2000 llevaron a la secesión y se produjo una sangrienta guerra civil. A medida que avanza la noche, la historia de Brill se vuelve cada vez más intensa, y aquello que no estaba intentando evitar recordar insiste en ser narrado.
"Dejar de leer es la muerte instantánea. Sería como vivir en un mundo sin oxígeno."
Al acercarnos a algunas de sus lecturas preferidas, Rosa Montero nos sumerge en un mundo literario propio, íntimo y universal al mismo tiempo, formado por grandes historias, heroes valientes, monstruos memorables, jóvenes misteriosos o malvados geniales.