En una sociedad donde las palabras han perdido su significado, los niños se han hecho con el poder, persiguen cualquier manifestación verbal o escrita y han instaurado el silencio como norma. Contenida en Magma, un monumental dispositivo que emite estímulos visuales sin descanso, la imagen ha ocupado el lugar de la filosofía, de la historia e incluso de la religión. En el marco de esta existencia sorda y muda, un hombre emprende viaje en compañía de tres singulares camaradas: un libro, un mono y la risa.
El autor concentra en esta novela algunos de los grandes temas que vertebran su obra, como la apropiación del discurso colectivo por parte de las ideologías, las formas que posee el poder para reinventar la realidad y la transformación de nuestra especie a través de la tecnología. Intensa, estimulante e implacable, Horda es una parábola y, como tal, aspira a contener una enseñanza moral.
Desde hace algún tiempo, Cristina y yo habíamos especulado con la posibilidad de hacer un trabajo en el que pudieran conjuntarse y dialogar sus textos con algunos de mis dibujos, y llegó el momento cuando apareció Conversaciones entre pájaros, los del bosque y los del alma, esos pájaros de su alma de afrodescendiente, consciente y orgullosa de esa herencia cultural híbrida que vive en sus versos y vuela en los esbozos de esos pájaros igualmente híbridos escondidos entre sus páginas.
Este libro urbano y contemporáneo juega con las formas y el lenguaje para dibujar el desasosiego de la rutina citadina. El tumulto de la juventud sacude cada página con sus males de amores, su incertidumbre, su esperanza desaforada, y su rebeldía frente a las presiones socioculturales. La ciudad de Bogotá aparece como testigo y cómplice, amparando a la narradora en sus desamores y retándola en las noches.
Poesía de tonos ágiles e intensos que hurgan / exploran la temporalidad de la existencia a través de imágenes que turban y descolocan al lector. Versos que construyen y deconstruyen un espacio de extrañamiento, donde toda exploración es posible en la medida en que las grietas de la memoria evoquen un fonema, porque cuando hay lenguaje no hay ausencia. Los textos de Lucía Orellana transitan / recrean parajes cercanos y lejanos, los captura con su voz fosforescente en la urgencia de atrapar lo que fue y lo que será.
Esta antología, que recoge biografías y poemas de los ganadores de las veinticinco primeras convocatorias del Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal, ha sido reunida y se publica por iniciativa del Ayuntamiento de la granadina localidad de Albolote, que durante un cuarto de siglo viene promoviendo este Premio, ampliamente prestigiado por el acierto en la elección de los poetas que lo han obtenido en su primera juventud, cuyas notables trayectorias posteriores ha puesto en marcha y propiciado.
Estos poemas los encontró Inmaculada Pelegrín (Lorca, 1969) una mañana de enero en un lugar llamado Farrera con vistas al Alto Pirineo. Por esta circunstancia no debe extrañar que, al leerlos, huelan a hierba y a pan de centeno o se escuche, de fondo, bramar un cabirol. Fue imprescindible, para que ocurriera, que estuviesen por allí Fernando Carreter, conductor de diligencias; su hijo Saúl, descifrador de contraseñas; y Tito Pedro, un ermitaño sabio que los acogió en su eschatia. Aunque debatieron mucho sobre el tema, ninguno se atreve a afirmar si cuando decimos la teoría de las cosas nos estamos refiriendo a que nosotros tenemos una teoría sobre las cosas o a que las cosas tienen su propia teoría sobre el mundo.