Aunque las historias de fantasmas son tan antiguas como la humanidad, la eclosión de las narraciones espectrales vino a producirse a partir del Romanticismo, que posteriormente transmitió el interés por lo fantasmagórico al periodo victoriano. El avance imparable de la alienante y deshumanizadora industrialización, la propagación de las doctrinas filosóficas materialistas que proclamaban la primacía de lo social y racional frente a lo espiritual, y la paulatina crisis religiosa y del modelo creacionista, propiciaron un giro hacia la esfera de lo gótico y lo fantástico, plasmándose desde una perspectiva literaria en narraciones sobrenaturales y fantasmagóricas, en las que el fantasma ya no aparece para aleccionar moralmente, sino para propagar una sensación de terror e inquietud en el lector y en el inconsciente colectivo.
La presente obra es una antología ?la más exhaustiva y completa que se ha llevado a cabo hasta la fecha? de relatos victorianos y eduardianos, la época dorada del género, cuyos autores se sintieron seducidos por las historias de fantasmas y por el enigma de la existencia. Con castillos ruinosos, desolados cementerios y bosques oscuros como telón de fondo, estas historias pretenden recrear en los lectores ese temor ancestral por lo desconocido y la sorpresa contenida frente al presentimiento de lo inevitable.
Peñas arriba, publicada a principios de 1895, alcanzó un éxito inmediato por su capacidad de captar las dimensiones simbólicas de un paisaje, el de la montaña cántabra, que aparece contrapuesto a la vida sofisticada y mendaz de la urbe. En el frívolo y mundano Marcelo y en la relación que establece con su tío, el ejemplar don Celso, se cifra ese camino de regreso a lo natural.
En su edición para la Biblioteca Clásica, Laureano Bonet sitúa el "realismo regionalista" de Pereda en su contexto estético e ideológico (tradicionalista y antiliberal), ubica la novela en unas coordenadas europeas más amplias y le insufla, además, una mirada renovadora, de orden antropológico, que la aproxima a angustias de nuestro propio tiempo.
Para el establecimiento del texto se ha escrutado detalladamente el difícil proceso de redacción de la novela -interrumpida por el suicidio del hijo-, cuyo autógrafo se conserva, y se han tenido en cuenta la primera edición y la que se incluyó en las Obras completas del autor.
Fernando de Herrera publicó relativamente poco y es recordado sobre todo por su propia colección poética, Algunas obras (1582), dechado de precisión clasicista y exquisitez lírica. Admiradores y amigos de Herrera, encabezados por el pintor Francisco Pacheco, publicaron en 1619 un grueso volumen de Versos del sevillano, muchos de ellos inéditos.
La presente edición para la BCRAE sigue el volumen impreso en 1582, del que se han cotejado todos los ejemplares conocidos, incluido uno que contiene correcciones manuscritas del propio autor. Se estudian asimismo las diferencias entre esa edición y la póstuma (1619), para otorgarle a esta última mayor relevancia autorial de la que se le había reconocido; se han tenido en cuenta también los manuscritos conservados, en especial uno de 1578 con abundantes poesías no recogidas en los impresos, y el conjunto se completa con cuatro poemas latinos de juventud.
El resultado es una edición cuidada al detalle que se erige en interpretación integral de una de las cimas indiscutibles de la poesía amatoria, elegíaca y heroica del Siglo de Oro.
¿Quién es Mr. Ripley? En este volumen reunimos las cinco novelas que protagonizó, empezando por su primera aparición en A pleno sol. En La máscara de Ripley, casado con una rica heredera, regresa como un hombre aparentemente respetable. Y luego aparecerá aún en otras tres novelas: en El amigo americano, involucrado una vez más en una de sus ambiguas relaciones con otro hombre; en Tras los pasos de Ripley, donde conoce a un extraño adolescente que no quiere separarse de él, y en Ripley en peligro, el brillante cierre de este quinteto de novelas magistrales.
Poesía completa recoge toda la obra poética de Borges, desde sus inicios modernistas hasta los poemas más íntimos y metafísicos de madurez. Aquí emergen sus obsesiones habituales el tiempo, la memoria, los laberintos, los espejos, el amor y la eternidad y su reflexión sobre la propia creación literaria.
Cuentos completos ofrece por primera vez todos los relatos de Borges en un solo volumen: ficciones, narraciones fantásticas, universos paralelos, especulaciones filosóficas, historia, identidad. Desde «El Aleph» hasta «El jardín de los senderos que se bifurcan», «Las ruinas circulares», «Funes el memorioso», «Pierre Menard» o «El Sur», este libro es una odisea narrativa que expande los límites de lo posible.
Inquisiciones es el primer libro en prosa de Borges, publicado en 1925. En él resuenan ecos de sus lecturas, sus influencias literarias, filosóficas y culturales: desde Quevedo y Unamuno hasta la tradición idealista, pasando por ensayos sobre autores poco conocidos, metáforas, reflexiones tempranas que ya anuncian el Borges que vendría. Una pieza clave para entender sus raíces, sus dudas y su formación intelectual.
Con Jerusalén liberada, Torquato Tasso se propuso escribir un poema épico a la altura de la Ilíada y la Eneida, pero no inspirado en la mitología, sino en un hecho histórico: la conquista cristiana de Jerusalén durante la Primera Cruzada. El sitio de la ciudad ofrecía el marco para la restauración de la epopeya clásica, pero la imaginación poética le infundió su pathos, porque Tasso jamás renunció a la voluntad de asombrar al lector ni a la convicción de que el verso era el medio para lograrlo. Mezclando verdad y ficción, armas y amores, fábula y tragedia, creó una epopeya moral sublime, reflexiva y melancólica, y no sólo cantó la gloria de los vencedores, sino que puso la poesía al servicio de los vencidos. Publicada en 1 5 8 1, la obra no tardó en convertirse en una de las más leídas y apreciadas de Europa, e inspiró a generaciones de pintores, músicos y escritores: de Tintoretto a Delacroix, de Monteverdi y Händel a Dvořák, y de Milton y Rousseau a Goethe y Byron, todos sucumbieron a los encantos de esta extraordinaria gesta que los melódicos versos de José María Micó logran verter al español con precisión y desenvoltura.