Los versos más representativos de Sylvia Plath, una de las grandes poetas del siglo XX. Sylvia Plath es una de las poetas más admiradas del siglo XX. Sus versos, que a lo largo de los años han ido cobrando protagonismo, son un intento de expresar su desesperación y su obsesión por la muerte. Sus poemas se pueden considerar en gran parte autobiográficos y exploran su angustia mental, su problemático matrimonio con el también poeta Ted Hughes y los conflictos sin resolver con sus padres, así como la visión que tenía de ella misma. Después de más de cincuenta años de ser escritos, sus versos todavía contienen toda su intensidad, todo su dolor y toda su belleza.
La historia de dos almas gemelas que no pueden estar separadas, pero que no saben cómo estar juntas. El amor es pasión y complicidad, pero también es aprender a conocer al otro y hacer juntos un proyecto común. El amor de Tessa y Hardin nunca ha sido fácil, pero cada desafío que han afrontado ha hecho su unión más y más fuerte. Pero ¿podrán afrontarlo todo? Cuando la verdad sobre sus familias sale a la luz, Tessa y Hardin descubren que, en el fondo, no son tan distintos como creían? Tessa ya no es la chica buena, simple y dulce que llegó a la universidad, y él no es el chico cruel y malo del que se enamoró. Ella pronto se da cuenta de que es la única que lo entiende. Es la única capaz de calmarle... él la necesita. Pero el secreto que esconde es tan grande que Hardin se aleja cada vez más de todo y de todos, incluso de la que parece ser su alma gemela?
Una historia sobre la necesidad de escapar de los demás y de uno mismo, sobre el abandono, el amor y los machismos. Sobre aquello que se dice, aquello que se insinúa y aquello que se calla. Sobre la mentira y las diferentes violencias que enfrentamos. No contar todo, novela de no ficción, presenta la saga de los Monge, al mismo tiempo que cuenta la historia del país que habitaron. El abuelo, Carlos Monge McKey, descendiente de irlandeses, finge su propia muerte, haciendo estallar la cantera de su cuñado. El padre, Carlos Monge Sánchez, rompe con su familia y con su propia historia para irse a Guerrero, donde, convertido en guerrillero, luchará al lado de Genaro Vázquez. El hijo, Emiliano Monge García, nacerá enfermo y vivirá sus primeros años hospitalizado; será considerado el débil de la familia, y eso le impulsará a crear un mundo de ficciones que con los años se irá haciendo más y más complejo y del que después ya no podrá escapar, más que escapando de todo. Con No contar todo, Emiliano Monge logra contar un país a través de la intimidad de una familia y de una fuga.
H. P. Lovecraft ha pasado a la historia de la literatura como uno de los grandes innovadores del relato fantástico y de terror del siglo XX. Niño prodigio empezó a leer y escribir su primer cuento a muy temprana edad. Ya en la adolesce...
Tina es una mujer al borde de los sesenta, con todo hecho y una vida razonablemente feliz.
José Manuel es un médico a quien se le han pasado de largo demasiadas cosas, encasquillado en un matrimonio incómodo en el que el amor solo ha sido un simulacro.
Ambos se conocen de una manera casual e, inevitablemente, caen en un espejismo amoroso que pondrá patas arriba lo que creían saber de sí mismos. Una historia que tendremos tan presente como si fuera la nuestra.
«Este libro es un diccionario de una sola entrada, la búsqueda de una palabra que no existe en mi idioma: la que nombra a los padres que han visto morir a sus hijos. Los hijos que se quedan sin padres son huérfanos, y los cónyuges que cierran los ojos del cadáver de su pareja son viudos. Pero los padres que firmamos los papeles de los funerales de nuestros hijos no tenemos nombre ni estado civil. Somos padres por siempre. Padres de un fantasma que no crece, que no se hace mayor, al que nunca vamos a recoger al colegio, que no conocerá jamás a una chica, que no irá a la universidad y no se marchará de casa. Un hijo que nunca nos dará un disgusto y a quien nunca tendremos que abroncar. Un hijo que jamás leerá los libros que le dedicamos. Que nadie haya inventado una palabra para nombrarnos nos condena a vivir siempre en una hora violeta. Nuestros relojes no están parados, pero marcan la misma hora una y otra vez. Yo la evoco por escrito. Recuerdo este año de mi vida con la esperanza de fijar su relato y no convertirlo nunca en un lugar común».