Los clásicos son, para Italo Calvino (1923-1985), aquellos libros que nunca terminan de decir lo que tienen que decir, textos que «cuanto más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad». Y ése es el convencimiento que anima a Italo Calvino a comentar los «suyos», según su criterio de que el clásico de cada uno «es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él». Así, mezclados en el tiempo y en la historia de la literatura universal, el lector descubre las lecturas de Italo Calvino. El resultado de todo ello es una obra que se ha convertido, a su vez, en un clásico.
na inesperada muerte provoca que la inspectora Keira Ibáñez y el seductor duque Ástor de Lerma se vean envueltos en la investigación más arriesgada y personal de sus vidas.
Esta vez lo difícil no será averiguar quién es el culpable, sino demostrarlo. Sin embargo, ese no será el único desafío que deberán superar, porque cada movimiento que dan en este peligroso juego destapa viejos secretos y nuevas mentiras para las que ninguno de los dos está preparado.
Cuando todas las sospechas apunten hacia el corazón del duque, solo una jugada maestra podrá salvarlos de un jaque mate que amenaza su futuro y su amor.
Este volumen, el segundo de la serie que compila los distintos relatos que Andrea Camilleri ambientó en la imaginada e inconfundible Vigàta, ofrece, al igual que el primero, ocho historias con el sello característico de su autor: un humor inteligente y mordaz, ritmo, intrigas y enredos, y la mirada particularísima a un mundo y una humanidad llenos de contradicciones, de miserias y de bondad, y concentrados en el discurrir de la vida en un pequeño pueblo siciliano entre finales del siglo XIX y mediados del XX.
En este libro, Gornick aborda uno de sus asuntos favoritos, el amor romántico simbolizado por el matrimonio, y lo analiza como uno de los temas clave en la literatura del siglo xx. En un recorrido por la vida y la obra de algunos de los autores que más admira como Willa Cather, Virginia Woolf, Grace Paley, Richard Ford, Raymond Carver o Jane Smiley, la autora defiende que nuestro mundo ha cambiado y que el amor y el matrimonio han dejado de ser, en nuestra época, metáforas que representen adecuadamente la felicidad y la realización personal.Con la misma inteligencia, honestidad y agudeza que caracterizan su célebre libro Apegos feroces, e hilvanando una profunda reflexión que se hunde con elegancia tanto en el conocimiento como en lo vivencial, Vivian Gornick nos brinda un libro extraordinario que cuestiona el supuesto poder transformador del amor y nos revela que este, «como la comida o el aire, es necesario pero insuficiente: no puede hacer por nosotros lo que debemos hacer por nosotros mismos».
Cecelia Horner estaba preparada para pasar un año aburrido, pero aquel verano se convirtió en el más emocionante de su vida tras conocer a Sean y a Dominic.
El descubrimiento de que ambos son miembros de Ravenhood, una banda secreta de justicieros, desestabiliza por completo a Cecelia. Además, en la cima de la organización se encuentra un hombre misterioso, apodado por todos como «el Francés», quien quiere a Cecelia bien lejos de sus hombres y de su misión.
Cecelia tiene muchas razones para odiarle, pero del odio al amor solo hay un paso. Y si algo ha aprendido durante su estancia en Triple Falls es que está más que dispuesta a darlo...
Anastasia Allen está decidida a entrar en el equipo olímpico de patinaje artístico de Estados Unidos y, cuando consigue una beca para la Universidad de California, todo parece ir de acuerdo con su plan.
El objetivo de Nathan Hawkins como capitán del equipo de hockey es mantener a sus chicos sobre el hielo cueste lo que cueste, pero todo se complica cuando tienen que compartir pista con una patinadora guapísima y con muy mal genio.
La situación obliga a estos rivales a pasar tiempo juntos, pero Anastasia está tranquila. Sabe perfectamente que un jugador de hockey jamás podría distraerla, y mucho menos Nate... ¿verdad?