Elena es una chica responsable, nada alocada e incapaz de sacrificar su futuro profesional por una relación. Tiene un archienemigo desde el colegio al que llama «el Indeseable»…, y acaba de despertar junto a él en su cama después de la boda de su mejor amiga.
Marcos lleva toda la vida sacando de quicio a Elena con sus comentarios de sobrado y sus ojos azules como el mar. Quiere olvidar los malos rollos y dejarse llevar durante el verano por una atracción irresistible antes de volver a Londres. Y aunque Elena intenta ignorarle, Marcos es tan obstinado como sexy y la química entre ellos resulta inevitable.
A sus setenta y dos años, Juan Cabrera vive prácticamente enclaustrado con sus libros en un pequeño piso del barrio de Argüelles. No es algo nuevo para él. Durante años estuvo confinado en un convento benedictino, del que salió con un indulto especial de exclaustración para un profeso de votos perpetuos. En el claustro ya no lograba escuchar a Dios, pero quizá su salida también se vio influenciada por la denuncia que hizo de tres novicios a los que descubrió en una situación impropia, o al menos entonces eso le pareció. Alejado de la familia, Cabrera recibe un día la visita de su sobrino Jaime, quien, poco después, propicia el encuentro entre su tío y Antón Rubial, uno de los novicios expulsados por la acusación del exmonje. Tras dejar la orden, Rubial rehízo su vida y se casó con Petri, con quien mantiene una relación complicada.
En todo cuanto tiene que ver con "El Egoísta" perderíamos el hilo de la narración si no recordáramos que se trata de una comedia, no de una tragedia, y que es precisamente el espíritu cómico lo que permite a George Meredith reproducir, sin el riesgo inherente a una exposición histórica que pretende ser fiel a los hechos, «las estructuras elementales del parentesco» de las que depende toda la trama de la novela. Que el espíritu cómico, sin embargo, representara solo a medias las intenciones del autor, como Meredith le había confesado a Stevenson al terminar de escribir la novela, sugiere que la otra mitad suponía, al menos, una amenaza latente en la narración.
Seis mujeres, vecinas de un mismo bloque, están a la espera de algo. Cada una aguarda cosas distintas, pero para todas se trata de una espera relacionada con lo sentimental. En el 1.° B vive desde hace dos semanas Amelia, una periodista de veintinueve años con trabajo y pareja. Su vida da un giro radical cuando la despiden y su novio decide irse a trabajar una temporada a Washington. En plena crisis vital, Amelia conoce a sus nuevas vecinas. Juntas ponen en marcha una tertulia de radio en la azotea del edificio para contarse su día a día al tiempo que intentan ayudar a Agustina, la mayor de todas ellas, a recuperar su casa de toda la vida.
«Feliz aniversario, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.»
Así comienza el anónimo que recibe el psicoanalista Frederick Starks, y que le obliga a emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la vida imposible.
De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata decidido a llevar hasta el final su sed de venganza.
Dando un inesperado giro a la relación entre médico y paciente, John Katzenbach nos ofrece una novela emblemática del mejor suspense psicológico. Con casi 200.000 ejemplares vendidos en Espanña, El psicoanalista es la novela que lanzó a la fama a John Katzenbach.
Mayo de 1980. La ciudad de Gwangju se moviliza contra la dictadura militar de Chun Doo-hwan, que hace unos meses tomó el poder en Corea del Sur. La oposición civil, liderada por los estudiantes universitarios, se subleva a favor de la democracia, pero el ejército reprime cruelmente las protestas disparando indiscriminadamente a la multitud, sin hacer distinciones entre estudiantes y civiles.
Tras la sanguinaria matanza, un joven busca el cadáver de un amigo, un alma intenta aferrarse a su cuerpo abandonado y a sus recuerdos, y un país brutalizado busca su voz. En esta novela polifónica, las víctimas y los supervivientes que los lloran se enfrentan a la censura, a la negación, al perdón, a la culpa y a la memoria de un episodio traumático que sigue resonando en nuestros días.
Han Kang, galardonada con el premio Nobel de Literatura «por su intensa prosa poética que confronta los traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana», homenajea a las víctimas de la masacre de su ciudad natal a través de las voces de los mártires de la dictadura surcoreana. Actos humanos es una novela brutal, profundamente atemporal y universal que nos habla de las heridas colectivas, la represión y la violencia humana.