Medianoche del mundo se compone de una serie de poemas que nacen de una misma raíz: la cotidianidad en uno de los países más peligrosos del planeta: El Salvador. Un niño asesinado de siete disparos, un hombre obligado a huir para siempre, una anciana olvidada en una casa, un amor sin destino, estas y muchas otras historias confluyen en este libro polifónico, lleno de verdad y belleza, que nos muestra, a través de una serie de poemas sombríos, el adentro y el afuera de un autor que conversa consigo mismo como un actor en medio de un teatro lleno de sombras.
At once retrospective and radically new, The Scarlet Letter portrays seventeenth-century Puritan New England, a time period irreversibly encoded in the American identity. Hawthorne built one of the most incisive and devastating human dramas ever written out of a community and its outcasts: Hester Prynne and Arthur Dimmesdale, one emblazoned with sin and the other distraught with hidden guilt; Pearl, a child born into ostracism; and Roger Chillingworth, driven to vengeance by hatred. Though these characters face a set of specifically troubling circumstances, their words and actions point to moral truths inherent in human affairs, independent of time and place.
Los dos libros de viajes reunidos en este volumen están escritos en la estela del éxito obtenido por Cela con Viaje a la Alcarria (1948). Los dos tienen un origen común: el viaje que, por encargo del diario Pueblo, realizó el autor en el verano de 1948 por buena parte de España.
A partir de las crónicas redactadas para la ocasión, Cela armaría, años después, Del Miño al Bidasoa (1952) y, en estricta continuidad, Primer viaje andaluz (1959), con los que confirmaría su maestría en un género en el que reflejó su amor al vagabundaje y su personalísima visión de las gentes y las tierras de su país.
Sonó el teléfono y supo que la iban a matar. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil, la cuchilla en alto, el cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba en los azulejos. Bip-bip. Se quedó muy quieta, conteniendo el aliento como si la inmovilidad o el silencio pudieran cambiar el curso de lo que ya había ocurrido. Bip-bip. Estaba en la bañera, depilándose la pierna derecha, el agua jabonosa por la cintura, y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo del agua fría. Bip-bip. En el estéreo del dormitorio, los Tigres del Norte cantaban historias de Camelia la Tejana. La traición y el contrabando, decían, son cosas compartidas.