La historia de un verano único, destinado a cambiar una vida para siempre.
Missouri, 1985. Para escapar de los problemas que tiene en casa, Sam, de apenas quince años, consigue un trabajo en un antiguo cine de la ciudad para ocupar las largas horas del caluroso y tedioso verano. El destartalado cine y los jóvenes que en él trabajan harán que este sea un verano mágico y memorable. Sam hará amigos por primera vez, se enamorará y descubrirá los secretos de su ciudad. Por primera vez, ya no se sentirá como un extraño obligado a pasar desapercibido. Pero en todo rincón idílico de la memoria, en toda época dorada siempre hay una mácula que nos recuerda que todo aquello no fue un sueño, y en el caso de Sam no será diferente. Algo lo hará crecer irremisiblemente y adentrarse en el mundo de los adultos. Esta es la historia de Sam y el verano que nunca olvidó.
Un acontecimiento literario: los demoledores diarios y cuadernos de una escritora que en vida fue muy celosa de su intimidad.
Patricia Highsmith, que en vida se ganó fama de misántropa y mantuvo un aura de secretismo sobre su vida privada, al morir dejó unos diarios y cuadernos personales guardados entre la ropa en un armario. Su editora, Anna von Planta, se ha sumergido en las más de ocho mil páginas de anotaciones y ha realizado una meticulosa selección, que ahora sale por fin a la luz. Sin duda, un acontecimiento literario.
Aflora aquí la persona detrás de la escritora, con todas sus complejidades y contradicciones. La autora da rienda suelta a contundentes opiniones –no exentas de polémica–, aborda episodios cruciales de su vida y nos permite también adentrarnos en la «cocina» de su universo literario y comprobar que su más célebre creación, el sociópata Tom Ripley, es el fruto destilado de sus demonios interiores.
Estos textos recorren toda la vida de Highsmith, desde su época de estudiante hasta sus últimos años en Suiza, y nos permiten acompañarla en las dudas juveniles sobre su identidad sexual, en las noches sin fin del Greenwich Village neoyorquino de los años cuarenta –de copas con personajes variopintos como Judy Holliday y Jane Bowles–, en los primeros atisbos de su vocación literaria y el temprano éxito de Extraños en un tren –llevada casi de inmediato al cine por Alfred Hitchcock–, en su paso por la colonia de artistas de Yaddo –en compañía de Chester Himes y Flannery O’Connor–, en su prolija y convulsa vida amorosa, en la publicación de su novela de amor lésbico El precio de la sal –después retitulada Carol– con seudónimo para esquivar el escándalo, en su decisión de marcharse a Europa, en su afición al alcohol...
Un debut de ciencia ficción impresionante.
Nia Imani está fuera del espacio y del tiempo. Décadas de viajes interestelares se condensan en unos pocos meses para ella, pero para todas las personas que ha conocido los años han seguido transcurriendo de manera inexorable. Imani, capitana de una nave de transporte contratada por Umbrai, solo vive para el trabajo hasta el día en que conoce a un misterioso niño que ha caído del cielo.
El chico está traumatizado por su pasado y vive atormentado por el presente, ya que es uno de los pocos seres humanos que han nacido con el don del Salto, la capacidad para viajar instantáneamente entre dos puntos cualesquiera del espacio. Esta capacidad amenaza el control que empresas como Umbrai ejercen sobre los mundos habitados.
Fumiko Nakajima, la extraordinaria científica que ha diseñado las estaciones inspiradas en aves que Umbrai emplea para controlar vastas secciones del espacio, lleva mil años buscando a alguien como él. Juntas, Imani y Nakajima intentarán proteger al chico en un viaje que se prolongará durante décadas y los llevará hasta los confines del espacio habitado, a varios años luz de distancia, donde no se aplican las leyes de la civilización. Y mientras dure esa aventura solo podrán confiar la una en la otra.
Malmö (Suecia), víspera de Año Nuevo. Nina y Fredrik se preparan para celebrar la Nochevieja en casa de sus amigos Lollo y Max. Este año por primera vez, su hija Smilla, de diecisiete años, tiene permiso para dar su propia fiesta en casa, y su mejor amiga Jennifer, única hija de Lollo y Max, se quedará a dormir allí. Nina está preocupada por dejar a los jóvenes solos, pero se da cuenta de que es hora de darles un poco de independencia.
En casa de Lollo y Max se han reunido los viejos amigos de siempre con muchas ganas de pasar un buen rato. La fiesta se prolonga hasta la madrugada y todos parecen haber bebido de más salvo Fredrik, que debe conducir de vuelta a casa una vez acabada la fiesta; justo antes de la medianoche recibe una llamada de teléfono y se ausenta de la casa durante un rato.
Cuando al día siguiente se descubre que Jennifer no está ni en la casa de Smilla ni en su propia casa, sus padres no parecen preocuparse demasiado porque no es la primera vez que desaparece sin avisar. Cuando las horas pasan sin que Jennifer dé señales de vida y la policía interviene, Lollo se da cuenta de lo poco que sabe de la vida de su hija.
Es el vigesimoprimer cumpleaños de Zinnia Gray, un día muy especial porque será el último cumpleaños que celebrará jamás. Cuando era joven, un accidente industrial le provocó una extraña enfermedad. No se sabe mucho sobre ella, pero sí que no le permitirá llegar a cumplir los veintidós.
Su mejor amiga Charm está decidida a conseguir que el ultimo cumpleaños de Zinnia sea toda una experiencia basada en la bella durmiente, con torre, rueca y todo. Pero cuando Zinnia se pincha el dedo, ocurre algo extraño e inesperado que la hace caer entre mundos y encontrar a otra bella durmiente que está tan desesperada como ella por escapar de su destino.
En los años veinte la familia Deveraux es una de las más importantes de San Francisco. En 1929 la boda de la hija, Eleanor, con Alexander Allen, un joven y adinerado banquero, se convierte en uno de los acontecimientos sociales del año. El día más feliz de su vida, la joven luce un vestido exquisito de encaje con perlas bordadas, creación de una firma de alta costura de París. Sin embargo, poco después de las nupcias, Wall Street se desploma y las vidas de Eleanor y Alexander cambian para siempre.
A lo largo de las siguientes décadas, los Deveraux se enfrentan a desafiantes cambios sociales, políticos y económicos. No obstante, el hermoso traje de novia sigue uniendo a la familia. Pasa de Eleanor a su hija Charlotte, y más tarde a Ruby y a Kendall. Una prenda, convertida en reliquia, que se transmite a través de cuatro generaciones de mujeres, cada una con su propia historia que contar.