Madrid, 1954. La joven Margot Sanz Peters regresa a España después de formarse en Londres como periodista de moda. Miembro de una distinguida familia de diplomáticos y amiga íntima de las damas más elegantes de la época -desde Cayetana Fitz-James Stuart hasta Aline Griffith, la futura condesa de Romanones-, la reportera accede rápidamente a los círculos más exclusivos de una ciudad que ha dejado atrás los peores años de la posguerra y empieza a abrirse a la modernidad.
Pero Margot es mucho más que una experta en moda. Lectora voraz de las novelas de Sherlock Holmes, desde niña ha sentido fascinación por la mente criminal. Por eso, cuando el enigmático asesinato de una marquesa sacude a la alta sociedad madrileña, nuestra protagonista dará el salto a la revista de sucesos más popular del momento y comenzará a colaborar con la policía, poniendo así a prueba sus dotes de investigación en un juego cada vez más peligroso.
19 de diciembre de 1931. Hércules Poirot y el inspector Edward Catchpool son requeridos por la policía para investigar el extraño asesinato de un hombre en el ala de seguridad del Hospital de Norfolk. Cynthia Catchpool, la madre del inspector, insiste en que ambos se alojen en su mansión para celebrar juntos las fiestas de Navidad mientras resuelven el caso. Arnold, un buen amigo de Cynthia, será intervenido muy pronto en ese mismo hospital y su familia está convencida de que él será la próxima víctima del asesino. Poirot tiene menos de una semana para resolver el crimen, evitar más asesinatos y celebrar las fiestas de forma tranquila.
En medio de un indeterminado paisaje mediterráneo, un soldado exhausto y cubierto de suciedad huye de la violencia de la guerra, pero su plan de cruzar la frontera se tuerce cuando se encuentra con una mujer que también intenta escapar de la barbarie.
El 11 de septiembre de 2001, a bordo de un barco fluvial en las afueras de Berlín, el atentado contra las torres del World Trade Center interrumpe unas jornadas para rendir homenaje a Paul Heudeber, un brillante matemático de la RDA que, a pesar del fracaso de la utopía comunista, permaneció fiel al lado oriental del muro hasta su muerte. Casi veinte años después, y con la guerra de Ucrania de trasfondo, la hija de Heudeber evoca ese día y la trágica vida de Paul y de su madre, una figura ausente y contradictoria.
Hace seis meses que la abuela Carmen se abrió las venas en la bañera, y nadie ha sabido aún por qué. Ahora, sus cuatro nietas vuelven a la casa del pueblo en la que murió y que han heredado.
Lis se está recuperando de una crisis que sufrió allí mismo y solo quiere vender la casa y pasar página. Su hermana Erica sueña con organizar retiros espirituales y paseos botánicos. Olivia, prima de Erica y Lis y la mayor de las nietas, es cardióloga y busca en cada cajón alguna pista que ayude a explicar el final de la abuela. Por su parte, Nora, la hermana desastre, se plantea dejar que su camello utilice la casa como almacén para su mercancía.
Cuatro mujeres jóvenes y un legado común por descifrar: ¿una casa o una maldición que corre en los genes?
Charlotte Salomon, pintora alemana de origen judío, abandona Berlín tras una relación amorosa que dejará en ella una huella definitiva. Huyendo de los nazis, se refugia en el sur de Francia junto a sus abuelos, quienes custodian un secreto que Charlotte no debe conocer. Allí compone su fascinante autobiografía, una obra única que, ya acechada por el peligro, decide poner a buen recaudo en una maleta que entrega a su médico, a quien confiesa: «Es toda mi vida».
A mediados del siglo XVI el rey Juan III ofrece a su primo, el archiduque Maximiliano de Austria, un elefante asiático. Esta novela cuenta el viaje épico de ese elefante llamado Salomón que tuvo que recorrer Europa por caprichos reales y absurdas estrategias.
El viaje del elefante no es un libro histórico, es una combinación de hechos reales e inventados que nos hace sentir la realidad y la ficción como una unidad indisoluble, como algo propio de la gran literatura. Una reflexión sobre el sentido de la vida humana, con sus afanes, desvelos y ambiciones, con su irremisible final, en la que el humor y la ironía, marcas de la implacable lucidez del autor, se unen a la compasión con la que José Saramago observa las flaquezas humanas.