Desde el momento en que Danny Black conoció a Rose Cassidy, supo que ella sería su perdición. Su retorcido amor le dio un nuevo propósito más allá de dominar Miami con puño de hierro. Para Black, fingir su propia muerte y desaparecer en Santa Lucía fue la única forma de escapar del submundo que los había unido. Sin embargo, su reclusión se vio interrumpida cuando un famoso asesino le hizo una oferta que no pudo ignorar.
James Kelly solo tenía un objetivo en mente: vengar la muerte de su familia a toda costa. Pero cuando se cruza con Beau Hayley, una ex policía con el alma torturada, su misión toma un giro inesperado. En lugar de cumplir con su cometido y liquidarla, se enamora perdidamente de ella. Ahora se ve obligado a pedir la ayuda del infame Danny Black. Aunque el retorno del Británico desencadena una guerra aún más peligrosa.
Este libro no es un abrazo, es el oxígeno y la vergüenza, es amor por el pasado, es la mano y la memoria, es la historia que perdimos. En este volumen se reaviva a poetas del siglo XVI de las letras hispánicas, cuya obra continuaba ignorada aun siendo parte de nuestra cultura. Vivimos el principio del fin del olvido. En este volumen recogemos las coordenadas a las que hemos podido acceder desde la lejanía de la memoria, después de tantos años de ostracismo al que fueron condenadas las mujeres. Pasear por la historia es una forma de recuperar y de encontrarle sentido al presente, de ver renacer los primeros olvidos. Este libro se conforma atendiendo a las lenguas que se expandían por el territorio español, y a las que hemos querido dar presencia a las autoras de América que comenzaban a escribir en castellano tras la colonización española.
Antoñito, el nieto de don Manuel, creció con su abuelo sin padre que lo ayudara a anudarse la corbata y sin madre que lo quisiera en una humilde aldea gallega; aun así, consiguió ser una de las estrellas más fulgurantes del mundo del espectáculo. Bajo el nombre de Bécquer está de vuelta en España y se presenta ni más ni menos que en el teatro más importante del país.
La noche promete: un cómico en el Teatro Real. El escenario, como siempre, no tiene más adorno que esa alfombra persa que a Bécquer le sirve de marca para moverse y el enorme luminoso con su nombre allá en lo alto, sobre su cabeza.
Un policía a las puertas de la jubilación es desterrado por los suyos hasta la tranquila Lanzarote, donde deberá pasar los últimos años de su carrera. Lo que no puede imaginar, ni él ni nadie, es que la investigación del caso del atropello de una joven de diecinueve años originaria del Este va a desenmascarar una trama de crimen y poder en varias ciudades europeas.
En una espiral de intriga que no da tregua al lector, conoceremos desde las razones íntimas de unos personajes inolvidables hasta los altos intereses económicos que mueven las insospechadas piezas del juego. Una novela magistral que nos acerca al corazón de la gente corriente y nos muestra cómo el ansia de poder puede transformar a las personas en esta era que vivimos: el tiempo de las fieras.
Un thriller épico y voraz.
Christine Prusik es la jefa de la unidad forense del FBI en Chicago y se encuentra con un misterioso caso entre las manos: un asesino en serie que mata a mujeres jóvenes y se deshace de sus cuerpos en los barrancos del sur de Indiana.
En cada víctima, el asesino deja su particular firma: vacía el cuerpo de órganos y coloca en la tráquea una figura de piedra esculpida de la misma manera que las que se encuentran entre las tribus primitivas de Papua Nueva Guinea, las mismas tribus de las que escapó Prusik hace una década mientras realizaba una investigación de campo.
La coincidencia es particularmente inquietante, y más aún, cuando Prusik todavía tiene marcas de las cicatrices del ataque que sufrió por parte de los miembros de la tribu. ¿es posible que exista una conexión entre ambos sucesos? Prusik ya no sabe diferenciar ente realidad e ilusión y pronto se verá inmersa en su peor pesadilla.
Huir parecía su única salida. Y lo era.
Rosaura Castán ha tenido poca suerte en la vida. Su madre murió cuando ella era una adolescente en un accidente y se culpa de esa tragedia. Ese hecho provocó el extrañamiento de su familia. Desde muy joven aprendió a vivir sola; tuvo un niño, Adrián, fruto de una relación esporádica y a quien quiere con toda su alma. El muchacho era el hijo perfecto, excelente estudiante de la carrera de matemáticas, adoraba a su madre… aunque había cosas que no le contaba.
Cuando Adrián aparece asesinado en un parque de Madrid, Rosaura, literalmente, enloquece de dolor, hasta el punto de que, ciega de ira, arrolla con un coche a un joven conflictivo al que todo apuntaba como el autor del homicidio.
Rosaura es llevada a juicio y condenada a prisión por la muerte de un inocente. El asesino de su hijo sigue libre, así que la única obsesión de la mujer cuando obtenga su primer permiso penitenciario será encontrar como sea al verdadero culpable del crimen.