Clare Cosi es la encargada de la histórica cafetería Village Blend de Nueva York. Vive feliz junto a su gata Cafelito en un apartamento justo encima de la cafetería. Pero todo da un giro inesperado cuando descubre en la trastienda el cuerpo de la subencargada del negocio rodeado de posos de café. Al no encontrar indicios de violencia, la policía concluye que se trata de un accidente, pero Clare no opina igual. Ella piensa que algo se cuece. Si quiere llegar al fondo del asunto deberá investigar por su cuenta y rápido... antes de que alguien más corra la misma suerte. Porque un buen crimen, como el buen café, siempre debe estar a punto.
Brooklyn Wainwright, experta en libros raros y antigüedades, participa en unas jornadas sobre encuadernación organizadas por el Bay Area Book Arts de San Francisco, en las que se subasta, entre otros, la primera edición de Oliver Twist, de Charles Dickens.
A los pocos días del inicio del evento, la directora, Layla Fontaine, aparece muerta por una herida de bala y Brooklyn decide investigar el crimen. Aunque el asesino intentará que ella pase página, las mentiras son como hojas sueltas... imposibles de encuadernar con la verdad.
¡Contiene un glosario de encuadernación!
En la Barcelona de finales de los años 50, Daniel Sempere ya no es aquel niño que descubrió un libro que habría de cambiarle la vida entre los pasadizos del Cementerio de los Libros Olvidados. El misterio de la muerte de su madre Isabella ha abierto un abismo en su alma del que su esposa Bea y su fiel amigo Fermín intentan salvarle. Justo cuando Daniel cree que está a un paso de resolver el enigma, una conjura mucho más profunda y oscura de lo que nunca podría haber imaginado despliega su red desde las entrañas del Régimen. Es entonces cuando aparece Alicia Gris, un alma nacida de las sombras de la guerra, para conducirlos al corazón de las tinieblas y desvelar la historia secreta de la familia… aunque a un terrible precio.
El Laberinto de los Espíritus es un relato electrizante de pasiones, intrigas y aventuras. A través de sus páginas llegaremos al gran final de la saga iniciada con La Sombra del Viento, que alcanza aquí toda su intensidad y calado, a la vez que dibuja un gran homenaje al mundo de los libros, al arte de narrar historias y al vínculo mágico entre la literatura y la vida.
2067. Rosalera es una ciudad caótica y llena de vida... en parte extraterrestre. El alcalde, Jack Jacques, ha declarado su independencia de Nigeria. Pero la bóveda alienígena, en la que se basaba su prosperidad, está agonizando y las fuerzas del gobierno aguardan su extinción para poner término a la independencia de Rosalera. En los suburbios despierta una misteriosa mujer que no sabe quién es, pero que tiene recuerdos de algo mucho más antiguo y extraño. Entre tanto, otra forma alienígena, aparentemente una planta, ha arraigado en Rosalera y está atacando a Ajenjo y la bóveda.
La obra maestra de Orwell recrea el ambiente de las fábulas clásicas para que los animales protagonicen un proyecto cooperativo e igualitario, que tardará poco o nada en caricaturizarse a sí mismo. En forma de parábola, la novela despliega un alegato implacable contra toda forma de totalitarismo. Escrita en 1945, recién acabada la guerra, Rebelión en la granja denuncia el germen corrupto que se propaga en tantas revoluciones, cuyos líderes adoptan conductas y rituales característicos del sistema opresor que pretendían derrocar.
Borges y Bioy Casares compartieron cincuenta años de amistad literaria, buena parte de los cuales los pasaron encerrados, escribiendo juntos. Eran el mismo otro: un tercer escritor, inasimilable a uno tanto como al otro, profundamente excéntrico. De ahí que Bustos Domecq y Suárez Lynch -los alias con que formalizan la existencia del Tercer Escritor- sean algo más que seudónimos. Son escritores de derecho, tan autores como los autores que los inventaron. En ese otro llamado Bustos Domecq o Suárez Lynch descubrieron la posibilidad prematura, y por eso doblemente fascinante, de esa experiencia de balbuceo, inestabilidad y desequilibrio que Adorno llamó "estilo tardío", y que los artistas, según él, sólo alcanzaban una vez que eran dueños absolutos de sus medios artísticos. El estilo tardío es el malestar hecho estilo, una suerte de implosión que sacude la obra y la vuelve contra sí misma, al precio incluso de liquidarla. Esa obra maestra enferma, irreconocible para sí misma, Adorno decía que sólo podía aparecer al final de algo. Con la obra del Tercer Escritor, Borges y Bioy demostraron que también podía aparecer en el medio, en una zona de pasaje, que la pasión política podía ser su motor activo, el chiste al cuadrado su lógica de vértigo y la risa su signo, su huella digital y su música.
Del prólogo de Alan Pauls