«Feliz aniversario, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.» Así comienza el anónimo que recibe el psicoanalista Frederick Starks, y que le obliga a emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la vida imposible. De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata decidido a llevar hasta el final su sed de venganza. Dando un inesperado giro a la relación entre médico y paciente, John Katzenbach nos ofrece una novela emblemática del mejor suspense psicológico.
Día 1 de octubre: Dios está en los cielos, la bolsa está a 10.140, la mayoría de los vuelos llegan a tiempo y Clayton Riddell, un artista de Maine, casi salta de alegría por Boylston Street, en Boston. Acaba de firmar un contrato para ilustrar un cómic que le permitirá mantener a su familia con su arte en vez de tener que dar clases. Ya ha comprado un regalo a su sufrida mujer y tiene claro lo que va a regalar a su hijo Johnny. ¿Por qué no también algo para sí mismo? Clay presiente que las cosas van a ir mejor, pero bruscamente se trastorna todo: se produce una devastación masiva, causada por un fenómeno que más adelante llamarán El Pulso, que se reproduce a través del teléfono móvil. De todos los teléfonos móviles. Clay, junto a unos cuantos supervivientes desesperados, es arrojado a una edad oscura, rodeados por el caos, la hecatombe y una masa humana degradada a su estado más primitivo.
Esta novela fascinante, absorbente y cruel no solo hace la pregunta «¿Me oyes?», sino que también responde, y de una forma muy, muy inquietante.
Tokio blues. Norwegian Wood: Mientras aterriza en un aeropuerto europeo, Toru Watanabe escucha una vieja canción de los Beatles que le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de los años sesenta. Recuerda entonces con melancolía a la misteriosa Naoko, la novia de su mejor amigo de la adolescencia. El suicidio de éste les distanció durante un año, hasta que se reencontraron e iniciaron una relación íntima. Sin embargo, la aparición de otra mujer en su vida lleva a Toru a experimentar el deslumbramiento y el desengaño allí donde todo debería cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte. Haruki Murakami nació en Kioto en 1949. Autor de culto y con grandes ventas, es el escritor japonés de mayor prestigio, tanto en su país como en el exterior, y ha recibido premios como el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Frank O'Connor y el Franz Kafka. Tusquets Editores ha publicado sus títulos Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; Sputnik, mi amor; Al sur de la frontera, al oeste del Sol, y Kafka en la orilla. Con Tokio blues, Murakami mereció el reconocimiento en el mundo entero.
Un senador ha muerto, y Mark Sway, un chico de once años, es el único que sabe dónde está escondido el cadáver. En el FBI quieren que revele el paradero a toda costa, sea cual sea el perjuicio para Mark y su familia. Y el asesino quiere que mantenga la boca cerrada para siempre. Reggie Love lleva menos de cinco años ejerciendo la abogacía. Solo ella puede salvar a Mark de dos amenazas aterradoramente simétricas. Juntos deberán enfrentarse al poder del aparato estatal y a las tretas de un asesino sin piedad.
Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador.- una transcurre en el llamado «fin del mundo», una misteriosa ciudad amurallada; la otra, en un Tokio de un futuro no muy lejano, un despiadado «país de las maravillas». En la primera, el protagonista se ve privado de su sombra, e impelido a leer sueños, entre extraños habitantes y unicornios cuyo pelaje se torna dorado en invierno. En la segunda historia, el narrador y protagonista es un informático que trabaja en una turbia institución gubernamental; sus servicios son requeridos por un inquietante científico que juguetea con la manipulación de la mente y vive en la red de alcantarillado, una red poblada por tenebrosas criaturas carnívoras.