La serie «Canción de hielo y fuego» de George R.R. Martin ha establecido el punto de referencia de la fantasía épica contemporánea. Se compone de tres grandes líneas argumentales, que se entretejen a lo largo de los libros: la guerra civil por el control de los Siete Reinos; la defensa del imponente Muro de Hielo en el extremo más septentrional contra la amenaza sobrenatural de los Otros; y, al otro lado del Mar Angosto, el ascenso al poder de Daenerys Targaryen y los últimos dragones vivos del mundo.
Juan de Mena (Córdoba, 1411-Torrelaguna, 1456) fue testigo de excepción de las vicisitudes políticas y culturales en la corte castellana de Juan II y protagonizó un proceso que pocos autores han podido arrogarse: la creación de una nueva lengua poética, constituida en modelo indiscutible durante más de medio siglo, en el tránsito de la Edad Media al Renacimiento.
Aunque fraguadas sobre todo entre 1858 y 1861, las Rimas están integradas por piezas compuestas a lo largo de casi quince años, hasta el momento de la muerte de Bécquer, sin alcanzar una ordenación definitiva. Los temas dominantes son los propios de la poesía amorosa de todos los tiempos, como la melancolía y la incomunicación, modulados por toda la tradición aprendida (desde el clasicismo grecolatino hasta los romanticismos de escuela, pasando por la literatura del Siglo de Oro) y prestando atención a procedimientos propios de la literatura de consumo, como el sentimentalismo del folletín, la dramatización de la vida privada, la métrica de la zarzuela o el tono de la poesía alemana y de la balada de mediados de siglo.