Libro formado por nueve relatos de intenso trasfondo autobiográfico, inmediatamente posterior a "El gran Gatsby". Al mundo dinámico de los jóvenes emprendedores que forman la clase de los nuevos ricos se opone el pequeño mundo antiguo de las grandes fortunas, de costumbres arraigadas y decadentes, de prejuicios y frivolidad. En el inevitable choque entre la fascinación por el pedigrí social y el trabajo productivo aparecen estos jóvenes tristes, estos niños ricos propensos a la fragilidad, los amores traicionados, el desequilibrio psíquico, el vacío existencial. La carga generacional y emocional de todos los jóvenes rendidos, vencidos. Bellos e inútiles, se dejan llevar hacia una tristeza sin salida. El texto, a modo de prólogo, "Cómo vivir con 36.000$ al año", nos introduce en el mundo privado de las dificultades económicas de los Fitzgerald; muy similar al de los personajes de estas encantadoras, cómicas y clarividentes historias.
«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.»
Con esta cita comienza una de las novelas más importantes del siglo XX y una de las aventuras literarias más fascinantes de todos los tiempos. Millones de ejemplares de Cien años de soledad leídos en todas las lenguas y el premio Nobel de Literatura coronando una obra que se había abierto paso «boca a boca» -como gustaba decir el escritor- son la más palpable demostración de que la aventura fabulosa de la familia Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.
Jacob Frank, el protagonista de esta novela, parece por sus peripecias un personaje ficticio que solo la mente de una novelista podría concebir. Sin embargo, resulta que existió, y su vida está históricamente documentada. La Premio Nobel Olga Tokarczuk parte de las andanzas de este personaje real para construir una novela impetuosa, deslumbrante.
En la segunda mitad del siglo XVIII, el joven judío Jacob Frank se reinventó una y otra vez; recorrió dos imperios, el de los Habsburgo y el Otomano; profesó tres religiones; se autoproclamó Mesías; soliviantó a las autoridades; reunió discípulos y creó una secta que abogaba por romper tabúes y practicaba, según algunos rumores, ritos orgiásticos y bacanales; buscó la trascendencia espiritual en pleno Siglo de las Luces; cuestionó el orden establecido y fue perseguido y acusado de hereje...